Felipe Palmillas López nos envio este correo.
Es importante reconocer que los medios como internet nos van a dar en el presente presencia con todos los compañeros que deseen participar dando a conocer a toda la población lo que acontece porque los medios oficiales no estan dando noticias sino pura basura, tenemos que llevar a todos nuestros vecinos las noticias que se dan en el sentido de como es que estan saqueando nuestro pais. Hace cuatro dias un cuñado vendio 3 toneladas de jitometillo verde y se lo compraron a noventa centavos mientras en la comercial ese mismo producto estaba a 13.50, asi es como estan tratando a la gente del campo estos impostores del mercado libre.
MORENA ... Internacionalista ... no globalista (si de globalizar se trata que sea la lucha de los pueblos)
jueves, enero 18, 2007
La inflación podría llevar a analizar alza de emergencia
La Canaco esperará a que se estabilicen los precios
ANTONIO CASTELLANOS , SUSANA GONZALEZ G.
Las presiones inflacionarias podrían obligar al sector privado a discutir un salario de emergencia para los trabajadores, señaló Lorenzo Ysasi, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), aunque acotó que por el momento no es necesario hacerlo y eso tendría que ser analizado por los sectores productivos en 45 o 60 días, plazo que consideró suficiente para que se estabilicen los precios del maíz y la tortilla.
"Si vemos que la canasta básica sube por arriba del 3.9 por ciento que se dio en el aumento del salario mínimo, llegamos a un problema que lastima el poder adquisitivo de los trabajadores (...) Estamos seguros que si la situación presiona, habrá necesidad de volver a negociar; todo depende a dónde llegue la presión inflacionaria", precisó.
El dirigente de los comerciantes dijo que si bien México se ha librado en los dos años recientes del efecto inflacionario, no puede mantenerse exento de las presiones que existen a escala mundial. Aseguró que hasta el momento "hemos desistido de subir algunos precios, con la intención de mantener la inflación baja, (pero) sentimos que la válvula se va a tener que soltar un poco".
Por lo pronto, indicó que las ventas del sector comercial de la ciudad de México se han desplomado hasta en 50 por ciento y que más de 30 sectores productivos han resultado afectados, por lo que los empresarios han demandado a las autoridades que adopten medidas adicionales para frenar el impacto que ha implicado el aumento en el precio de la tortilla.
Aumento injustificado en legumbres
Organizaciones campesinas aseveraron que además de los aumentos que ya comienzan a darse en algunos productos pecuarios, como el huevo, que están relacionados con el problema del maíz, también se han dado alzas "sin justificación" en algunas legumbres, como la cebolla, el nopal y nuevamente el jitomate. A su vez, representantes de centrales de abasto rechazaron esa afirmación, aunque señalaron que los productos se venden más caros en tiendas de autoservicio.
Carlos Ramos, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, consideró que muchos comercializadores aprovecharon la situación de la tortilla para aumentar los precios sin que estén relacionados con el problema del maíz ni sean atribuibles a cuestiones meteorológicas, de escasez o de transporte.
Ponderó el caso de la cebolla, cuyo precio se elevó casi diez veces en semanas recientes, pues de costar 3 pesos y fracción el kilo llegó a comercializarse en 30 pesos, aun en estados donde se produce, como Michoacán. "Como los especuladores ven que el gobierno no hace nada en el caso del maíz, se van a aprovechar con cualquier otro producto; ahora sí que a río revuelto, ganancia de pescadores".
Para el presidente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras, Víctor Suárez Carrera, el aumento en los granos básicos es el más alto en las tres décadas anteriores, y advirtió que al aumento en el precio de la tortilla podría seguir el del pan blanco y de caja.
Consideró que el precio de las legumbres dependerá en mucho de las exportaciones, pero eso, insistió, forma parte del mismo problema, porque se promueven las ventas al exterior para que los productores hagan negocio "sin importar si se desabastece o se genera carestía en el mercado interno. Eso es el caos, el dejar hacer, dejar pasar para que cada quien vea sus mejores alternativas y que pague el pueblo mexicano".
Sin embargo, representantes de centrales de abasto negaron que se haya generalizado un alza en los precios de las legumbres, pero advirtieron que el costo por el incremento en el diesel, que se autorizó a finales del año pasado, aún no se ha reflejado en los productos agrícolas.
Armando Ham Alvarado, coordinador de planeación y desarrollo del Fideicomiso Central de Abasto de la Ciudad de México, aseveró que los precios de la mayoría de las legumbres se han mantenido estables e inclusive hay casos en que registran una tendencia a la baja. Sin embargo, remarcó que cualquier variación es atribuíble únicamente a los periodos de cosecha de cada producto y su distribución.
Mencionó que a pesar de que casi 90 por ciento de las frutas y legumbres que se comercializan en los supermercados, tanto de la zona metropolitana de la ciudad de México como de otros estados del centro y sur del país, provienen de la Central de Abasto, los precios a los que se venden en centros comerciales son mucho más elevados que en los mercados tradicionales y los tianguis.
En el caso de la cebolla, Gabriela Mejía Delgadillo, gerente de la Central de Abasto, explicó que el precio se disparó porque tuvo que ser traída desde Baja California, debido a que las cosechas de los estados del centro del país resultaron afectadas por el frío. Acerca del nopal, Ham Alvarado aseguró que de venderse entre 70 y 90 pesos el ciento, ya bajó 20 pesos, y el jitomate ha mantenido un precio estable sin que haya aumentado como sucedió el año pasado a raíz de la escasez provocada por el huracán que afectó las cosechas de Sinaloa.
ANTONIO CASTELLANOS , SUSANA GONZALEZ G.
Las presiones inflacionarias podrían obligar al sector privado a discutir un salario de emergencia para los trabajadores, señaló Lorenzo Ysasi, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), aunque acotó que por el momento no es necesario hacerlo y eso tendría que ser analizado por los sectores productivos en 45 o 60 días, plazo que consideró suficiente para que se estabilicen los precios del maíz y la tortilla.
"Si vemos que la canasta básica sube por arriba del 3.9 por ciento que se dio en el aumento del salario mínimo, llegamos a un problema que lastima el poder adquisitivo de los trabajadores (...) Estamos seguros que si la situación presiona, habrá necesidad de volver a negociar; todo depende a dónde llegue la presión inflacionaria", precisó.
El dirigente de los comerciantes dijo que si bien México se ha librado en los dos años recientes del efecto inflacionario, no puede mantenerse exento de las presiones que existen a escala mundial. Aseguró que hasta el momento "hemos desistido de subir algunos precios, con la intención de mantener la inflación baja, (pero) sentimos que la válvula se va a tener que soltar un poco".
Por lo pronto, indicó que las ventas del sector comercial de la ciudad de México se han desplomado hasta en 50 por ciento y que más de 30 sectores productivos han resultado afectados, por lo que los empresarios han demandado a las autoridades que adopten medidas adicionales para frenar el impacto que ha implicado el aumento en el precio de la tortilla.
Aumento injustificado en legumbres
Organizaciones campesinas aseveraron que además de los aumentos que ya comienzan a darse en algunos productos pecuarios, como el huevo, que están relacionados con el problema del maíz, también se han dado alzas "sin justificación" en algunas legumbres, como la cebolla, el nopal y nuevamente el jitomate. A su vez, representantes de centrales de abasto rechazaron esa afirmación, aunque señalaron que los productos se venden más caros en tiendas de autoservicio.
Carlos Ramos, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, consideró que muchos comercializadores aprovecharon la situación de la tortilla para aumentar los precios sin que estén relacionados con el problema del maíz ni sean atribuibles a cuestiones meteorológicas, de escasez o de transporte.
Ponderó el caso de la cebolla, cuyo precio se elevó casi diez veces en semanas recientes, pues de costar 3 pesos y fracción el kilo llegó a comercializarse en 30 pesos, aun en estados donde se produce, como Michoacán. "Como los especuladores ven que el gobierno no hace nada en el caso del maíz, se van a aprovechar con cualquier otro producto; ahora sí que a río revuelto, ganancia de pescadores".
Para el presidente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras, Víctor Suárez Carrera, el aumento en los granos básicos es el más alto en las tres décadas anteriores, y advirtió que al aumento en el precio de la tortilla podría seguir el del pan blanco y de caja.
Consideró que el precio de las legumbres dependerá en mucho de las exportaciones, pero eso, insistió, forma parte del mismo problema, porque se promueven las ventas al exterior para que los productores hagan negocio "sin importar si se desabastece o se genera carestía en el mercado interno. Eso es el caos, el dejar hacer, dejar pasar para que cada quien vea sus mejores alternativas y que pague el pueblo mexicano".
Sin embargo, representantes de centrales de abasto negaron que se haya generalizado un alza en los precios de las legumbres, pero advirtieron que el costo por el incremento en el diesel, que se autorizó a finales del año pasado, aún no se ha reflejado en los productos agrícolas.
Armando Ham Alvarado, coordinador de planeación y desarrollo del Fideicomiso Central de Abasto de la Ciudad de México, aseveró que los precios de la mayoría de las legumbres se han mantenido estables e inclusive hay casos en que registran una tendencia a la baja. Sin embargo, remarcó que cualquier variación es atribuíble únicamente a los periodos de cosecha de cada producto y su distribución.
Mencionó que a pesar de que casi 90 por ciento de las frutas y legumbres que se comercializan en los supermercados, tanto de la zona metropolitana de la ciudad de México como de otros estados del centro y sur del país, provienen de la Central de Abasto, los precios a los que se venden en centros comerciales son mucho más elevados que en los mercados tradicionales y los tianguis.
En el caso de la cebolla, Gabriela Mejía Delgadillo, gerente de la Central de Abasto, explicó que el precio se disparó porque tuvo que ser traída desde Baja California, debido a que las cosechas de los estados del centro del país resultaron afectadas por el frío. Acerca del nopal, Ham Alvarado aseguró que de venderse entre 70 y 90 pesos el ciento, ya bajó 20 pesos, y el jitomate ha mantenido un precio estable sin que haya aumentado como sucedió el año pasado a raíz de la escasez provocada por el huracán que afectó las cosechas de Sinaloa.
La cascada de incrementos provocó airadas protestas en varias entidades
Manifestaciones a gritos y con cacerolas reflejaron la inconformidad ciudadana
''Felipillo, no golpees nuestro bolsillo'', ''Calderón, qué decepción'', consignas repetidas
C. Figueroa , M. Sánchez , S. Chávez , M. Chávez y A. Morales
Al grito de "no queremos pan, queremos tortillas", y "Felipe Calderón, qué decepción", habitantes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, realizaron ayer una manifestación contra el aumento a tortilla, leche, huevo y otros productos básicos.
Al término de la protesta, a la que se unieron integrantes de la iniciativa privada, los niños que los acompañaban rompieron una piñata en forma de pan en la Plaza Hidalgo, mientras otros manifestantes, entre ellos un personaje llamado Supertortilla, regalaron 500 kilos del alimento a los transeúntes, usuarios del transporte público y automovilistas. Anunciaron que cada semana repartirán el producto en colonias pobres de la ciudad.
Encabezada por Francisco Chavira Martínez, dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la protesta se inició al mediodía: "Queremos tortilla, no queremos PAN", "Felipillo, no golpees nuestro bolsillo", decían mientras que sus pancartas traían leyendas que decían: "Tienes el valor o te vale. ¿Te vas a quedar callado ante tanto aumento?", "el pueblo come tortilla, no queremos PAN", "el huevo ahora cuesta un huevo".
Asimismo, vecinos de Naucalpan, estado de México, y del Distrito Federal, efectuaron otra singular manifestación: sobre los puentes peatonales que cruzan Periférico norte y la vía Gustavo Baz, exigieron al presidente Felipe Calderón que haga algo para detener la escalada de precios de los productos de primera necesidad, que han impactado negativamente los ingresos de los hogares.
Haciendo sonar cacerolas con cucharas y gritando consignas de rechazo al alza de los alimentos básicos, militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de las redes ciudadanas de Andrés Manuel López Obrador pugnaron por un control de precios, mientras pedían a los automovilistas que hicieran sonar las bocinas de sus vehículos.
En el puente de las Torres de Satélite, la dirigente vecinal Margarita Fragoso pidió a Calderón cumpla sus promesas de bajar los precios de gasolina y gas, y repudió el alza en productos básicos.
En Tultitlán, Manuel Gutiérrez, quien dirigió un contingente de vecinos apostados en la lateral de la vía José López Portillo, exigió precios acordes al salario de los trabajadores: "Damos cacelorazo contra el alza de precios".
El senador panista mexiquense Ulises Ramírez Núñez dijo a su vez que haría un análisis de la versión en el sentido de que Vicente Fox conocía de la crisis del maíz y no avisó a tiempo, además de analizar las demandas de control de precios.
Ramírez Núñez sostuvo un encuentro a puerta cerrada con Juana Cortés, presidenta nacional de la Unión de Tortilleros y Molineros; Daniel Hernández Aquino, presidente de los productores de masa y tortilla de la República, y Rafael y Melquiades Lira, dirigentes de tortilleros de Ixtapaluca y Chalco.
Los líderes empresariales de la masa y la tortilla refirieron que los "grandes beneficiarios" del sexenio de Vicente Fox fueron las empresas Minsa, Maseca y Tortimex, entre otras, que recibieron subsidios federales de 15 por ciento en sus productos, y acusaron a estos consorcios de ser los grandes acaparadores del maíz.
En Ciudad Victoria, Tamaulipas, el diputado federal priísta Tomás Gloria Requena sostuvo que el Grupo Maseca (Gruma) es el gran beneficiario del aumento al precio de la tortilla y los más afectados son los agricultores y las clases necesitadas del país.
Dijo que este miércoles se reunieron senadores y diputados para analizar la posibilidad de investigar a Gruma, porque a juicio de varios legisladores de su partido hay sospechas de que el gobierno federal pretende favorecer a éste con el incremento de precios.
Abordado en Ciudad Victoria, durante una reunión de la Confederación Nacional Campesina (CNC), el legislador tamaulipeco acusó al gobierno federal de favorecer a los grandes consorcios nacionales de la masa.
Bajo el lema de "salir a las calles a defender la economía popular", el PRI convocó a una marcha a realizarse el próximo domingo en el puerto de Veracruz, contra el alza generalizada en el precio de los productos básicos y la política económica del gobierno federal. Gilberto Zamorano, dirigente municipal del tricolor, dijo que el repudio es por las medidas "erróneas" tomadas por el presidente Felipe Calderón, que pegarán aún más a las clases populares, y la negativa para subsidiar los productos básicos, principalmente la tortilla.
En Querétaro, las confederaciones de Trabajadores de México (CTM) y Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), así como la Federación de Trabajadores del Estado de Querétaro, se unieron para prorrogar las revisiones salariales y contractuales de sus respectivos sindicatos hasta el 7 de febrero, en espera de que el gobierno federal frene la "carrera inflacionaria" en los productos de primera necesidad o, de lo contrario, aproximadamente 100 mil trabajadores realizarán manifestaciones.
Jesús Llamas Contreras, secretario general de la CTM, que afilia a 80 mil obreros, calificó de "locos" y de "vivir en otro mundo" a los integrantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos por autorizar un 3.2 por ciento de aumento, cuando un trabajador requiere de 18 por ciento de incremento a su ingreso para adquirir artículos de primera necesidad.
''Felipillo, no golpees nuestro bolsillo'', ''Calderón, qué decepción'', consignas repetidas
C. Figueroa , M. Sánchez , S. Chávez , M. Chávez y A. Morales
Al grito de "no queremos pan, queremos tortillas", y "Felipe Calderón, qué decepción", habitantes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, realizaron ayer una manifestación contra el aumento a tortilla, leche, huevo y otros productos básicos.
Al término de la protesta, a la que se unieron integrantes de la iniciativa privada, los niños que los acompañaban rompieron una piñata en forma de pan en la Plaza Hidalgo, mientras otros manifestantes, entre ellos un personaje llamado Supertortilla, regalaron 500 kilos del alimento a los transeúntes, usuarios del transporte público y automovilistas. Anunciaron que cada semana repartirán el producto en colonias pobres de la ciudad.
Encabezada por Francisco Chavira Martínez, dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la protesta se inició al mediodía: "Queremos tortilla, no queremos PAN", "Felipillo, no golpees nuestro bolsillo", decían mientras que sus pancartas traían leyendas que decían: "Tienes el valor o te vale. ¿Te vas a quedar callado ante tanto aumento?", "el pueblo come tortilla, no queremos PAN", "el huevo ahora cuesta un huevo".
Asimismo, vecinos de Naucalpan, estado de México, y del Distrito Federal, efectuaron otra singular manifestación: sobre los puentes peatonales que cruzan Periférico norte y la vía Gustavo Baz, exigieron al presidente Felipe Calderón que haga algo para detener la escalada de precios de los productos de primera necesidad, que han impactado negativamente los ingresos de los hogares.
Haciendo sonar cacerolas con cucharas y gritando consignas de rechazo al alza de los alimentos básicos, militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de las redes ciudadanas de Andrés Manuel López Obrador pugnaron por un control de precios, mientras pedían a los automovilistas que hicieran sonar las bocinas de sus vehículos.
En el puente de las Torres de Satélite, la dirigente vecinal Margarita Fragoso pidió a Calderón cumpla sus promesas de bajar los precios de gasolina y gas, y repudió el alza en productos básicos.
En Tultitlán, Manuel Gutiérrez, quien dirigió un contingente de vecinos apostados en la lateral de la vía José López Portillo, exigió precios acordes al salario de los trabajadores: "Damos cacelorazo contra el alza de precios".
El senador panista mexiquense Ulises Ramírez Núñez dijo a su vez que haría un análisis de la versión en el sentido de que Vicente Fox conocía de la crisis del maíz y no avisó a tiempo, además de analizar las demandas de control de precios.
Ramírez Núñez sostuvo un encuentro a puerta cerrada con Juana Cortés, presidenta nacional de la Unión de Tortilleros y Molineros; Daniel Hernández Aquino, presidente de los productores de masa y tortilla de la República, y Rafael y Melquiades Lira, dirigentes de tortilleros de Ixtapaluca y Chalco.
Los líderes empresariales de la masa y la tortilla refirieron que los "grandes beneficiarios" del sexenio de Vicente Fox fueron las empresas Minsa, Maseca y Tortimex, entre otras, que recibieron subsidios federales de 15 por ciento en sus productos, y acusaron a estos consorcios de ser los grandes acaparadores del maíz.
En Ciudad Victoria, Tamaulipas, el diputado federal priísta Tomás Gloria Requena sostuvo que el Grupo Maseca (Gruma) es el gran beneficiario del aumento al precio de la tortilla y los más afectados son los agricultores y las clases necesitadas del país.
Dijo que este miércoles se reunieron senadores y diputados para analizar la posibilidad de investigar a Gruma, porque a juicio de varios legisladores de su partido hay sospechas de que el gobierno federal pretende favorecer a éste con el incremento de precios.
Abordado en Ciudad Victoria, durante una reunión de la Confederación Nacional Campesina (CNC), el legislador tamaulipeco acusó al gobierno federal de favorecer a los grandes consorcios nacionales de la masa.
Bajo el lema de "salir a las calles a defender la economía popular", el PRI convocó a una marcha a realizarse el próximo domingo en el puerto de Veracruz, contra el alza generalizada en el precio de los productos básicos y la política económica del gobierno federal. Gilberto Zamorano, dirigente municipal del tricolor, dijo que el repudio es por las medidas "erróneas" tomadas por el presidente Felipe Calderón, que pegarán aún más a las clases populares, y la negativa para subsidiar los productos básicos, principalmente la tortilla.
En Querétaro, las confederaciones de Trabajadores de México (CTM) y Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), así como la Federación de Trabajadores del Estado de Querétaro, se unieron para prorrogar las revisiones salariales y contractuales de sus respectivos sindicatos hasta el 7 de febrero, en espera de que el gobierno federal frene la "carrera inflacionaria" en los productos de primera necesidad o, de lo contrario, aproximadamente 100 mil trabajadores realizarán manifestaciones.
Jesús Llamas Contreras, secretario general de la CTM, que afilia a 80 mil obreros, calificó de "locos" y de "vivir en otro mundo" a los integrantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos por autorizar un 3.2 por ciento de aumento, cuando un trabajador requiere de 18 por ciento de incremento a su ingreso para adquirir artículos de primera necesidad.
Los errores y la ideología
Adolfo Sánchez Rebolledo
Felipe Calderón hizo balance de lo que lleva gobernando y ofreció un panorama optimista, no obstante que la crisis de la tortilla ya estaba en su apogeo y el tema de los derechos humanos saltaba a la palestra desde Oaxaca. Prefirió subrayar los tonos grises de la gobernabilidad, los logros asentados o reconocidos por las encuestas de opinión, sin problematizar una realidad que en estas primeras semanas se ha mostrado rebelde a las simplificaciones del gabinete, a pesar del activismo presidencial y al coro elogioso que saluda todas sus acciones. Siguiendo la tradición presidencialista se busca salvar al Presidente de la "mala" imagen que puedan emitir sus colaboradores o correligionarios, consolidar la superioridad del jefe sobre cualquier error cometido por los panistas dentro o fuera del gobierno. En otras palabras, se pretende hacer del mandatario una figura aséptica, neutral, a-ideológica, bien instalada en el centro del espectro político sin contaminarse con el discurso de la derecha que lo apoya.
Pero los errores cometidos por los panistas durante este lapso no son meros tropiezos personales, que sin duda los hay, sino extremos de una actitud ideológica subyacente bajo la cortina de la neutralidad democrática a la que se acogen los altos representantes del Estado. Cuando, por ejemplo, un diputado del PAN justifica la reducción de los ingresos a la UNAM en nombre de una mentira vulgar asumida como verdad indiscutible, comete una pifia impresentable, casi ridícula, tomando en cuenta el momento y la circunstancia, pero en rigor lo único que hace es manifestar torpemente, en voz alta, la concepción corriente de buena parte de la derecha aun aquella que se considera más moderna acerca de la educación pública en general y su significado en el desarrollo nacional. En ella predomina la idea de que en México la enseñanza superior de calidad debe ser administrada e impartida por los particulares y orientada por valores provenientes de la moral religiosa. Por ello, la displicencia hacia la investigación científica realizada en los centros universitarios e institutos técnicos nacionales es congruente con la mercantilización creciente de la educación privada, la cual, con excepciones, "importa" junto con los programas de estudio modelos de dependencia tecnológica que nos impiden crecer en la materia.
La batalla presupuestal es uno de los escenarios donde se libra esta confrontación vinculada, quiérase o no, con la pugna por la hegemonía cultural y el futuro del desarrollo nacional en tiempos de globalización. De ahí la importancia de que el rector de la UNAM insista en subrayar la "disonancia entre el discurso y los hechos" del gobierno, pues, en definitiva, "los compromisos políticos que no se reflejan en inversiones resultan no ser compromisos tan formales" y eso es lo que ocurre con los recursos necesarios para la investigación científica y teconológica.
Cuando el secretario Córdoba Villalobos se manifiesta en favor de la abstinencia como fórmula para evitar el contagio del VIH, expresa una discutible opinión personal que se puede interpretar, con buenos argumentos, como el primer anuncio de un cambio en la política seguida hasta ahora. Pero si además se dice que los métodos de propaganda preventiva sólo han funcionado como la "promoción de las prácticas de riesgo", es natural que suenen las señales de alarma en diversos sectores de la sociedad civil. Aquí, como en el caso de la educación, el declarante, en este caso el secretario de Salud, tiene una visión personal en tanto médico y político que, en rigor, no se distingue de la que sostiene la Iglesia católica y, junto con ella, los grupos más recalcitrantes de la derecha social y política. La pregunta, pues, en éste, como en otros asuntos, es si en verdad el gobierno de Felipe Calderón se mantendrá fiel al laicismo, tal como se entiende en la Constitución o si, por la vía de la defensa a ultranza de la "libertad religiosa" (por la que pugna la Iglesia católica) se irán minando sus fundamentos.
En los días posteriores a las declaraciones del secretario, éste ha tratado de deshacer el entuerto ratificando los programas preventivos que tiene a su cargo, pero la pregunta es si conviene al país tener como cabeza del sector salud a un hombre al que le sacan ronchas los temas de la educación sexual, los derechos reproductivos o la prevención contra el sida que asume como líneas de trabajo las tesis religiosas en materia de salud y moral pública. ¿O será que fue nombrado justo por eso, como una manera de darle satisfacción a los grupos de la derecha que de algún modo habían perdido terreno?
Tampoco es un simple "error" la reacción del secretario Sojo ante la escalada de precios derivada del aumento brutal en el maíz. Sin la menor sensibilidad social, el secretario de Economía trató el asunto como un problema normal de mercado sin advertir la gravedad del asunto, no obstante que en su caso particular él no puede alegar ignorancia, puesto que formó parte del gobierno anterior, cuya responsabilidad en la gestación del problema es indudable. Tampoco puede asimilarse ahora a la crítica de los monopolios tan de moda, cuando ha sido el gobierno el principal aliado y protector de los grandes capitales. Pero lo increíble es que ni siquiera admite la importancia del acaparamiento denunciado por el gobernador del Banco de México. Por lo mismo, lejos de reflexionar sobre las soluciones de fondo, se limita a buscar soluciones de emergencia que en definitiva no atacan las causas del desabasto.
Como sea, sin entrar en los detalles del alza de precios y sus repercusiones, Sojo nos ofrece la oportunidad de observar, casi plásticamente, los reflejos del gobierno, la verdad detrás de la ideología económica, la engañosa racionalidad de la macroeconomía que reproduce ad infinitum la desigualdad. ¿Podría alguien suponer que el liberalismo a ultranza del funcionario es sólo un "error"? ¿Podría decirse que la Presidencia carece de responsabilidad en estos y otros casos? ¿Es suficiente la rectificación puntual de los excesos o hace falta que, al fin, el gobierno diga con claridad cuál es su estrategia de reformas? No es mucho pedir.
Felipe Calderón hizo balance de lo que lleva gobernando y ofreció un panorama optimista, no obstante que la crisis de la tortilla ya estaba en su apogeo y el tema de los derechos humanos saltaba a la palestra desde Oaxaca. Prefirió subrayar los tonos grises de la gobernabilidad, los logros asentados o reconocidos por las encuestas de opinión, sin problematizar una realidad que en estas primeras semanas se ha mostrado rebelde a las simplificaciones del gabinete, a pesar del activismo presidencial y al coro elogioso que saluda todas sus acciones. Siguiendo la tradición presidencialista se busca salvar al Presidente de la "mala" imagen que puedan emitir sus colaboradores o correligionarios, consolidar la superioridad del jefe sobre cualquier error cometido por los panistas dentro o fuera del gobierno. En otras palabras, se pretende hacer del mandatario una figura aséptica, neutral, a-ideológica, bien instalada en el centro del espectro político sin contaminarse con el discurso de la derecha que lo apoya.
Pero los errores cometidos por los panistas durante este lapso no son meros tropiezos personales, que sin duda los hay, sino extremos de una actitud ideológica subyacente bajo la cortina de la neutralidad democrática a la que se acogen los altos representantes del Estado. Cuando, por ejemplo, un diputado del PAN justifica la reducción de los ingresos a la UNAM en nombre de una mentira vulgar asumida como verdad indiscutible, comete una pifia impresentable, casi ridícula, tomando en cuenta el momento y la circunstancia, pero en rigor lo único que hace es manifestar torpemente, en voz alta, la concepción corriente de buena parte de la derecha aun aquella que se considera más moderna acerca de la educación pública en general y su significado en el desarrollo nacional. En ella predomina la idea de que en México la enseñanza superior de calidad debe ser administrada e impartida por los particulares y orientada por valores provenientes de la moral religiosa. Por ello, la displicencia hacia la investigación científica realizada en los centros universitarios e institutos técnicos nacionales es congruente con la mercantilización creciente de la educación privada, la cual, con excepciones, "importa" junto con los programas de estudio modelos de dependencia tecnológica que nos impiden crecer en la materia.
La batalla presupuestal es uno de los escenarios donde se libra esta confrontación vinculada, quiérase o no, con la pugna por la hegemonía cultural y el futuro del desarrollo nacional en tiempos de globalización. De ahí la importancia de que el rector de la UNAM insista en subrayar la "disonancia entre el discurso y los hechos" del gobierno, pues, en definitiva, "los compromisos políticos que no se reflejan en inversiones resultan no ser compromisos tan formales" y eso es lo que ocurre con los recursos necesarios para la investigación científica y teconológica.
Cuando el secretario Córdoba Villalobos se manifiesta en favor de la abstinencia como fórmula para evitar el contagio del VIH, expresa una discutible opinión personal que se puede interpretar, con buenos argumentos, como el primer anuncio de un cambio en la política seguida hasta ahora. Pero si además se dice que los métodos de propaganda preventiva sólo han funcionado como la "promoción de las prácticas de riesgo", es natural que suenen las señales de alarma en diversos sectores de la sociedad civil. Aquí, como en el caso de la educación, el declarante, en este caso el secretario de Salud, tiene una visión personal en tanto médico y político que, en rigor, no se distingue de la que sostiene la Iglesia católica y, junto con ella, los grupos más recalcitrantes de la derecha social y política. La pregunta, pues, en éste, como en otros asuntos, es si en verdad el gobierno de Felipe Calderón se mantendrá fiel al laicismo, tal como se entiende en la Constitución o si, por la vía de la defensa a ultranza de la "libertad religiosa" (por la que pugna la Iglesia católica) se irán minando sus fundamentos.
En los días posteriores a las declaraciones del secretario, éste ha tratado de deshacer el entuerto ratificando los programas preventivos que tiene a su cargo, pero la pregunta es si conviene al país tener como cabeza del sector salud a un hombre al que le sacan ronchas los temas de la educación sexual, los derechos reproductivos o la prevención contra el sida que asume como líneas de trabajo las tesis religiosas en materia de salud y moral pública. ¿O será que fue nombrado justo por eso, como una manera de darle satisfacción a los grupos de la derecha que de algún modo habían perdido terreno?
Tampoco es un simple "error" la reacción del secretario Sojo ante la escalada de precios derivada del aumento brutal en el maíz. Sin la menor sensibilidad social, el secretario de Economía trató el asunto como un problema normal de mercado sin advertir la gravedad del asunto, no obstante que en su caso particular él no puede alegar ignorancia, puesto que formó parte del gobierno anterior, cuya responsabilidad en la gestación del problema es indudable. Tampoco puede asimilarse ahora a la crítica de los monopolios tan de moda, cuando ha sido el gobierno el principal aliado y protector de los grandes capitales. Pero lo increíble es que ni siquiera admite la importancia del acaparamiento denunciado por el gobernador del Banco de México. Por lo mismo, lejos de reflexionar sobre las soluciones de fondo, se limita a buscar soluciones de emergencia que en definitiva no atacan las causas del desabasto.
Como sea, sin entrar en los detalles del alza de precios y sus repercusiones, Sojo nos ofrece la oportunidad de observar, casi plásticamente, los reflejos del gobierno, la verdad detrás de la ideología económica, la engañosa racionalidad de la macroeconomía que reproduce ad infinitum la desigualdad. ¿Podría alguien suponer que el liberalismo a ultranza del funcionario es sólo un "error"? ¿Podría decirse que la Presidencia carece de responsabilidad en estos y otros casos? ¿Es suficiente la rectificación puntual de los excesos o hace falta que, al fin, el gobierno diga con claridad cuál es su estrategia de reformas? No es mucho pedir.
Calderón se equivocó
Octavio Rodríguez Araujo
En la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron Felipe Calderón y Antonio Saca, presidente de El Salvador, el primero dijo: "No es lo relevante la orientación de un gobierno, si es de izquierda o si es de derecha, lo relevante, es que el pueblo pueda decidir quiénes son sus gobernantes".
Con esta declaración el impuesto presidente mexicano hizo gala de ignorancia y de superficialidad. De hecho, quedó a la zaga del mandatario salvadoreño, quien, siendo también de derecha, incluyó en sus respuestas a los periodistas un matiz importante. Antonio Saca dijo: "Sobre el tema de los gobiernos de izquierda o de derecha, yo creo que al final de cuentas lo más importante es que en América Latina se elijan gobiernos democráticos". Y el matiz que agregó, propio de un político informado, fue el siguiente: "Pero la democracia no sólo debe verse en el momento de su elección, sino también en el momento de ejercer el poder a lo largo del periodo presidencial".
Lo que señaló el salvadoreño, y que soslayó el mexicano, fue que entender la democracia como modo para acceder al poder es insuficiente, pues omite lo principal: el ejercicio del poder, la forma en que se ejerce el poder. Muchos candidatos que han llegado al poder democráticamente, lo han ejercido, como gobernantes, brutalmente en contra del pueblo que dicen representar. Esto lo sabe cualquier estudiante de ciencia política o de historia. Hay múltiples ejemplos en casi todos los países latinoamericanos, para no hablar de otras regiones.
El gobernante de El Salvador quizá no se percató de la sutil contradicción en su respuesta, es decir, que el ejercicio del poder no es una abstracción, sino que está orientado por la ideología del gobierno y, en el caso de nuestros países, por la del presidente en turno. Sin embargo, el gobernante mexicano, que evidentemente no entendió el matiz de su homólogo centroamericano, se montó en la declaración de éste afirmando para sí y para el mundo una ideología típica de la derecha más ignorante: que las ideologías no importan y que, por lo tanto, tampoco importa cómo y de qué forma se ejerza el poder.
La palabra "ideología" tiene muchos significados y se usa para muchas cosas. Pero hay aceptación generalizada de que quiere decir "conjunto de ideas y de valores concernientes al orden político que tienen la función de guiar los comportamientos políticos..." (M. Stoppino). La forma en que se ejerza el poder es un comportamiento político, por ejemplo en favor de unos y en contra de otros, de manera autoritaria o de manera democrática, ignorando al pueblo o tomándolo en cuenta. Y una ideología es la guía de ese comportamiento político. Una ideología de derecha es favorecedora de privilegios para quienes ya los tienen, una de izquierda orienta al gobernante a ayudar a quienes carecen de privilegios buscando horizontes igualitarios o que tiendan a disminuir las diferencias sociales y económicas entre ricos y pobres. Sí hay diferencia, como también existe entre un régimen autoritario y uno democrático: no es lo mismo gobernar con el apoyo de las "fuerzas armadas del orden" que con el pueblo y su participación activa en los asuntos que le competen. Esta diferencia también es tema de las ideologías, y una distinción clara entre izquierdas y derechas; esto es, entre los valores de unas y los de las otras.
Decir que lo importante "es que el pueblo pueda decidir quiénes son sus gobernantes" es una tontería, y más viniendo de un gobernante que le debe su cargo a una elección plagada de irregularidades y de muy dudosa transparencia (tanta que hubo negativa total, desde el poder, a que se contaran los votos para despejar las dudas existentes).
El ejercicio del poder, su forma, es mucho más importante que el acceso al poder. Pensemos en el gobierno de Fox, sólo como un ejemplo reciente. Su acceso al poder fue transparente, democrático en muchos sentidos. Sin embargo, al final del mandato el presidente se metió en la contienda electoral en favor del candidato de su partido, y sus subordinados, que no empleados, tanto en el IFE como en el tribunal electoral, manipularon las cosas de tal manera que lograron impedir, a toda costa, que pudiera ganar la oposición. En este caso, para no recurrir a más ejemplos, el ejercicio del poder no sólo no fue democrático, sino ilegal. ¿Y qué guió el comportamiento del gobernante Fox y de sus cómplices? Una ideología: la ideología derechista del neopanismo y de los poderes fácticos que vieron en la oposición de López Obrador un peligro para sus intereses y sus privilegios (que no para México, aunque así lo dijeran).
Ergo, las ideologías sí son importantes, pues guían la orientación de un gobierno, y la democracia no es ni puede ser, ni siquiera etimológicamente, la forma de acceso al poder. Calderón se ha equivocado una vez más.
En la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron Felipe Calderón y Antonio Saca, presidente de El Salvador, el primero dijo: "No es lo relevante la orientación de un gobierno, si es de izquierda o si es de derecha, lo relevante, es que el pueblo pueda decidir quiénes son sus gobernantes".
Con esta declaración el impuesto presidente mexicano hizo gala de ignorancia y de superficialidad. De hecho, quedó a la zaga del mandatario salvadoreño, quien, siendo también de derecha, incluyó en sus respuestas a los periodistas un matiz importante. Antonio Saca dijo: "Sobre el tema de los gobiernos de izquierda o de derecha, yo creo que al final de cuentas lo más importante es que en América Latina se elijan gobiernos democráticos". Y el matiz que agregó, propio de un político informado, fue el siguiente: "Pero la democracia no sólo debe verse en el momento de su elección, sino también en el momento de ejercer el poder a lo largo del periodo presidencial".
Lo que señaló el salvadoreño, y que soslayó el mexicano, fue que entender la democracia como modo para acceder al poder es insuficiente, pues omite lo principal: el ejercicio del poder, la forma en que se ejerce el poder. Muchos candidatos que han llegado al poder democráticamente, lo han ejercido, como gobernantes, brutalmente en contra del pueblo que dicen representar. Esto lo sabe cualquier estudiante de ciencia política o de historia. Hay múltiples ejemplos en casi todos los países latinoamericanos, para no hablar de otras regiones.
El gobernante de El Salvador quizá no se percató de la sutil contradicción en su respuesta, es decir, que el ejercicio del poder no es una abstracción, sino que está orientado por la ideología del gobierno y, en el caso de nuestros países, por la del presidente en turno. Sin embargo, el gobernante mexicano, que evidentemente no entendió el matiz de su homólogo centroamericano, se montó en la declaración de éste afirmando para sí y para el mundo una ideología típica de la derecha más ignorante: que las ideologías no importan y que, por lo tanto, tampoco importa cómo y de qué forma se ejerza el poder.
La palabra "ideología" tiene muchos significados y se usa para muchas cosas. Pero hay aceptación generalizada de que quiere decir "conjunto de ideas y de valores concernientes al orden político que tienen la función de guiar los comportamientos políticos..." (M. Stoppino). La forma en que se ejerza el poder es un comportamiento político, por ejemplo en favor de unos y en contra de otros, de manera autoritaria o de manera democrática, ignorando al pueblo o tomándolo en cuenta. Y una ideología es la guía de ese comportamiento político. Una ideología de derecha es favorecedora de privilegios para quienes ya los tienen, una de izquierda orienta al gobernante a ayudar a quienes carecen de privilegios buscando horizontes igualitarios o que tiendan a disminuir las diferencias sociales y económicas entre ricos y pobres. Sí hay diferencia, como también existe entre un régimen autoritario y uno democrático: no es lo mismo gobernar con el apoyo de las "fuerzas armadas del orden" que con el pueblo y su participación activa en los asuntos que le competen. Esta diferencia también es tema de las ideologías, y una distinción clara entre izquierdas y derechas; esto es, entre los valores de unas y los de las otras.
Decir que lo importante "es que el pueblo pueda decidir quiénes son sus gobernantes" es una tontería, y más viniendo de un gobernante que le debe su cargo a una elección plagada de irregularidades y de muy dudosa transparencia (tanta que hubo negativa total, desde el poder, a que se contaran los votos para despejar las dudas existentes).
El ejercicio del poder, su forma, es mucho más importante que el acceso al poder. Pensemos en el gobierno de Fox, sólo como un ejemplo reciente. Su acceso al poder fue transparente, democrático en muchos sentidos. Sin embargo, al final del mandato el presidente se metió en la contienda electoral en favor del candidato de su partido, y sus subordinados, que no empleados, tanto en el IFE como en el tribunal electoral, manipularon las cosas de tal manera que lograron impedir, a toda costa, que pudiera ganar la oposición. En este caso, para no recurrir a más ejemplos, el ejercicio del poder no sólo no fue democrático, sino ilegal. ¿Y qué guió el comportamiento del gobernante Fox y de sus cómplices? Una ideología: la ideología derechista del neopanismo y de los poderes fácticos que vieron en la oposición de López Obrador un peligro para sus intereses y sus privilegios (que no para México, aunque así lo dijeran).
Ergo, las ideologías sí son importantes, pues guían la orientación de un gobierno, y la democracia no es ni puede ser, ni siquiera etimológicamente, la forma de acceso al poder. Calderón se ha equivocado una vez más.
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