¿Qué plantea el nuevo libro de López Obrador?
Jaime Avilés
Primero, que Felipe Calderón ya no existe: cuando salga de Los Pinos, si bien le va, será
director jurídico de El Palacio de Hierro. Pero no es el único ni el principal culpable de la destrucción del país. Quienes se sirvieron de él no lo llevaron al poder: lo usaron para crear un vacío de poder, que les permitiera seguir apropiándose de las riquezas nacionales.
Dos hechos recientes prueban la validez de esta tesis: Calderón desalojó con violencia las minas de Cananea y Pasta de Conchos, por órdenes de Germán Larrea, el tercer hombre más rico de México. Y adjudicó los 20 mil kilómetros de fibra óptica de Luz y Fuerza del Centro a Televisa (Emilio Azcárraga) y a Telefónica (Francisco Gil Díaz).
La instalación de esa red, pagada con el dinero del pueblo, costó
más de 30 mil millones de pesos, pero Calderón la remató en 883 millones, dijo Andrés Manuel López Obrador el jueves, durante la presentación de La mafia que se adueñó de México... y el 2012, libro que ya circula bajo el sello de Random House-Mondadori, y que según Luis Javier Garrido
debe ser leído y pasar de mano en mano, porque es un instrumento de trabajo muy importante para (el desarrollo de) las luchas actualesde nuestro pueblo.
La segunda tesis de la obra es que 100 millones de mexicanos estamos bajo el dominio de 30 personas, a saber, 16 hombres de negocios, 11 políticos y tres tecnócratas. Los magnates, jerarquizados de acuerdo con su riqueza, son: Carlos Slim (Telmex), Ricardo Salinas (Tv Azteca), Germán Larrea (Minera México), Alberto Bailleres (Peñoles), Jerónimo Arango (Wal Mart), Roberto Hernández (Citibank), Emilio Azcárraga (Televisa), Alfredo Harp Helú (Banamex), Claudio X González (Kimberly Clark), Lorenzo Zambrano (Cemex), Lorenzo Servitje (Bimbo), Gastón Azcárraga (Mexicana de Aviación), Carlos Peralta (Iusacell) y José Antonio Fernández (Femsa), entre otros.
Los 11 políticos, de acuerdo con su importancia en la cadena de mando, son Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Elba Esther Gordillo, Beatriz Paredes, Emilio Gamboa, Francisco Rojas, Vicente Fox, Felipe Calderón y Luis H. Álvarez. Y los tecnócratas (los que ejercen el
gobierno de la técnica), son Francisco Gil Díaz, Guillermo Ortiz y Pedro Aspe.
Este grupo tiene un fundador que es también su jefe supremo: Salinas. López Obrador lo explica así:
Salinas no sólo se propuso entregar empresas y bancos propiedad de la nación a particulares, a cambio de acciones o sobornos para él y su familia, sino que se empecinó en crear un grupo compacto con quienes se beneficiaron con el remate de los bienes públicos, para que le ayudaran, económica y políticamente, a sustentar su poder transexenal(página 16). Así,
se conformó el grupo de potentados que, a la postre, se adueñaría de México [y] definieron la política de pillaje que persiste hasta la fecha; es decir, el salinismo, que han aplicado Zedillo, Fox y Calderón en beneficio de los mismos amigos del régimen(página 24).
Entre las páginas 16 y 24, López Obrador detalla cómo
Salinas, su hermano Raúl y el secretario de Hacienda, Pedro Aspe, aprobaron a todos los que querían participar en el reparto de empresas y bancos y,
en varios casos, los apostadores que quedaban en segundo lugar en la subasta de un banco, casi siempre ganaban cuando se ponía otro a la venta. Por ejemplo, cuando enajenaron Multibanco Mercantil de México, el 14 de junio de 1991, a favor de José Madariaga Lomelín, la postura que ocupó el segundo lugar fue la de Ángel Rodríguez Sáez, a quien le entregaron, el 24 de septiembre de 1993, la Aseguradora Mexicana.
El 21 de junio de 1991 le vendieron Banpaís a Julio C. Villarreal y en segundo lugar quedó Jorge Lankenau, a quien mes y medio después le asignaron Confía. En septiembre de 91 le entregaron Banamex a Roberto Hernández y el segundo postor, Carlos Gómez y Gómez, recibió Somex en marzo de 92. El 8 de noviembre de 1991 le vendieron Bancomer a Eugenio Garza Lagüera y al segundo lugar, Adrián Sada, el 3 de febrero de 1993 le dieron Serfín. Y así hasta la náusea.
López Obrador denuncia que la reforma al artículo 27 constitucional, que garantizaba la propiedad de la tierra a los campesinos, en realidad se hizo para quitar la traba jurídica que impedía entregar a particulares lo que había bajo la tierra, es decir, los metales preciosos. Sin que nadie se diera cuenta, el salinismo privatizó en favor de empresas nacionales y extranjeras yacimientos minerales que hoy abarcan una extensión similar a la superficie del estado de Chihuahua.
Los privilegios de esta mafia, que a la fecha obedece a Salinas
por agradecimiento o por temor, provocaron una injusta acumulación de riqueza, que a su vez paralizó el crecimiento, frenó el desarrollo y destruyó el bienestar, dando paso al desempleo, la emigración, la miseria, la violencia y la falta de fuerza institucional que se tradujo en la debacle que vivimos actualmente, expone y documenta López Obrador en el segundo capítulo de su libro, mientras en el tercero, elogiado por Armando Bartra y Luis Javier Garrido como el
corazón de la obra, el infatigable nómada tabasqueño relata sus viajes por los 2 mil 38 municipios de régimen de partido que hay en el país y los 418 de usos y costumbres de Oaxaca.
A través de estas narraciones, Andrés Manuel se posiciona como el único político mexicano que en estos momentos conoce todos y cada uno de los pueblos que hay en el mapa nacional, todas las carreteras, todas las casetas de peaje, todos los dolores, todas las carencias, todos los sueños y todas las demandas de la gente en cada estado y en cada región. Nadie posee una visión tan profunda y compleja de los problemas que hay que atender.
El noveno libro de López Obrador termina con una sugerente lección de historia. En 1853, recuerda, México estaba en llamas y lo gobernaba Mariano Arista, un pobre diablo, inepto, ignorante y ladrón, que no servía para nada. Angustiados porque veían que el país se desbarataba, conservadores y liberales trajeron de Colombia a Santa Anna, que había sido presidente 10 veces y era, por mucho, el principal culpable del desastre. A su llegada, Lucas Alamán, el ideólogo de la derecha, le ofreció un proyecto de gobierno para favorecer a los ricos, a la burocracia y al ejército, y le aseguró que dominaría al pueblo porque los poderosos controlaban todos los periódicos.
Miguel Lerdo de Tejada, por los liberales, le recomendó lo contrario, esto es, un proyecto en beneficio de los desposeídos y para reconstruir el Estado en ruinas. Como era de esperarse, Santa Anna se inclinó por las ideas de Alamán, a quien tomó como asesor, con tan mala suerte que se le murió a los dos meses de haberlo nombrado, y entonces se quedó solo y se volvió loco. Dictó medidas delirantes, como la del impuesto a las ventanas, hasta que su gobierno se hundió en el caos y entraron al relevo los liberales, encabezados por Benito Juárez, que transformaron al país.
Hoy por hoy, Calderón es Arista, el PRI es Santa Anna y, como en 1850, los ricos controlan de nuevo casi todos los medios de comunicación. Pero en 2012 el pueblo puede volver a votar por Santa Anna o, si se organiza, luchar por un proyecto alternativo, radicalmente distinto, que rescate y transforme a México. A la fecha existen ya 8 mil comités territoriales, dentro de los 2 mil 500 municipios del país, que impulsan el de López Obrador.
jamastu@gmail.com
Desear el regreso del PRI es como desear el regreso de santa anna, instalado ya en la locura del circo pseudo-electoral en todo el país...
... eso SÍ es un peligro para México.
Los ciudadanos debemos tomar el control de nuestro país para sacar al PAN de Los Pinos y no permitir el regreso del PRI.
Vamos a rescatar a México como se pueda, con lo que se pueda y hasta donde se pueda (Benito Juárez).
La violenta ocupación de la mina de Cananea ha sido entendida como una acción desesperada del gobierno de facto, que anuncia una escalada de la lucha que libra contra la clase trabajadora para cancelar sus derechos constitucionales e imponerle la versión panista del modelo neoliberal, como le exige el capital trasnacional, pero también como una provocación contra el pueblo de México al que pretende demostrar que tiene plena impunidad y el aval de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para seguir transgrediendo la Constitución a fin de garantizar la explotación de los recursos de la nación por grupos privados a los que está asociado.
1. La ruptura de las huelgas de Cananea (Sonora) y de Pasta de Conchos (Coahuila) llevada a cabo por contingentes policiaco-militares y grupos paramilitares del gobierno de facto el domingo 6 y la madrugada del lunes 7 constituye un acto de enorme gravedad, pues con estos operativos el titular del Ejecutivo quebranta el orden constitucional de la República, ya que los trabajadores ejercían legítima y legalmente el derecho constitucional de huelga, amparados por los tribunales de la República, tras dos largos conflictos en que el gobierno panista se había negado a negociar y con enorme intolerancia había desatado una vasta campaña de desinformación en los medios, calumniando a los trabajadores y sindicatos, misma que fue apuntalada por las organizaciones empresariales y los voceros de la ultraderecha mexicana, ahora en el poder.
2. La represión de los huelguistas de Cananea por el gobierno antinacional del PAN, que se supone encabeza Felipe Calderón, es el mejor símbolo de que no hay nada que festejar en México a 100 años del inicio de la Revolución Mexicana de 1910.
3. A la historia le gustan las repeticiones, y aunque el escenario actual sea de caricatura no es por ello menos patético. La represión violenta en 1906 a la huelga de los mineros de Cananea contra la empresa Cananea Consolidated Cooper Co, cuyo accionista mayoritario era el coronel estadunidense William C. Greene, se convirtió en símbolo del movimiento revolucionario cuatro años después, ya que encarnó la lucha de los trabajadores por que se les reconocieran derechos fundamentales que quedaron consignados en la Constitución de 1917, mismos que ahora busca cancelar el régimen panista-yunquista para garantizar a las multinacionales un escenario de explotación similar al del siglo XIX que pretende presentar como
moderno. La represión violenta en 2010 a la huelga de los mineros de Cananea contra la trasnacional Grupo México –cuyo accionista mayoritario es Germán Larrea, calificado de hampón internacional por los sindicatos, y en el cual tiene poderosos intereses económicos Carlos Salinas de Gortari, jefe de la mafia que se ha apoderado de buena parte de las riquezas mineras– confirma el nuevo escenario de lucha que se ha abierto en México.
4. La escalada en el uso de la violencia del ilegítimo gobierno panista contra la clase trabajadora es cada vez mayor en su empeño de dejar sin validez el derecho colectivo del trabajo para imponer como norma medidas neoliberales que dejan en el desamparo a los trabajadores. La agresión a los mineros de Cananea y de Pasta de Conchos se da cuando se ha agravado el conflicto generado por el gobierno en la industria eléctrica por la decisión anticonstitucional de Calderón de de-saparecer con su firma la empresa estatal Luz y Fuerza del Centro para entregar anticonstitucionalmente la generación de energía y el control de las comunicaciones en el valle de México a Ibedrola y otras compañías españolas vinculadas al PP con las que se encuentra amafiado, ha generado una vigorosa reacción del SME, decenas de los cuales se hallan hoy en huelga de hambre.
5. En el curso de los dos años, 10 meses y una semana que duró la huelga de Cananea (nota de Patricia Muñoz en La Jornada, 8/6/10), el ilegítimo gobierno panista mantuvo un mismo discurso de pretensión neoliberal mediante el cual desconoció las instituciones constitucionales en materia laboral y no ocultó su pretensión de destruir sindicatos, contrato colectivo, derechos individuales y sociales (desde el derecho a un salario justo y remunerador hasta el derecho de huelga, pasando por los de salud y seguridad social), lo que ha pretendido alcanzar con su iniciativa de contrarreforma laboral, parte sustancial del famoso paquete
estructural, presentada esta primavera y que ya fue rechazada ya por la mayoría de los legisladores.
6. En estos meses de tensión entre el gobierno panista y los sindicatos, Calderón no consiguió encubrir su papel como gestor lacayuno de los intereses del Grupo México, del cual él y Javier Lozano, su secretario del Trabajo –quien actúa como un auténtico porro contra los trabajadores–, se asumieron como representantes, lo que se hizo palpable en la patética conferencia de prensa que dio en Hermosillo el lunes 7 Xavier García de Quevedo, presidente ejecutivo de Minera México, en la cual no obstante su papel de comparsa, Lozano anunció inversiones multimillonarias en el municipio sin que haya partida para ello como se lo dijeron al día siguiente los legisladores.
7. La obsesión casi patológica de Calderón por destruir al sindicato minero a fin de crear las condiciones para que Grupo México pueda explotar con mayores ganancias las minas de la nación con trabajadores sin derechos laborales, lo ha llevado desde 2007 a la pretensión de desconocer a la dirigencia del STMMRM y tratar de imponerle líderes sometidos, criminalizando la legítima respuesta social de los trabajadores y este escenario tiende a agravarse. Todo ello en el momento en que las represiones se multiplican en el medio rural y se intensifican los conflictos con la Patrulla Fronteriza, como el suscitado por el asesinato del joven mexicano Sergio Hernández en territorio mexicano por agentes estadunidenses el lunes 7.
8. La irresponsabilidad absoluta de Felipe Calderón se evidencia cuando en medio de esta gravísima crisis, no satisfecho con gastar un millón de dólares diarios en autopublicidad, según se denunció el día 9, aprovechando la contrarreforma de carácter presidencialista al 88 constitucional que le aprobaran priístas y panistas el año pasado, se pudo ir de México sin pedir permiso al Congreso para darse unas vacaciones relámpago en Sudáfrica con su familia, asistiendo a la inauguración del 19 Mundial de Futbol, en un viaje suntuario que cuesta a la nación decenas de millones de pesos, y a la vez hacerse un poco de publicidad, de manera muy similar a la que lo está haciendo con su viaje a ese país africano su homólogo, el también espurio Porfirio Lobo, quien se ostenta como presidente de Honduras.
9. La torpe represión del gobierno panista-yunquista de Calderón a los trabajadores es, a su pesar, el símbolo mayor de la pretendida celebración del bicentenario de la Independencia.
10. Cananea, como la lucha del SME, la resistencia de los campesinos de Atenco o la de los indígenas de Chiapas y Oaxaca, una señal de que en México el pueblo no se va a doblegar ante las pretensiones de una minoría mafiosa.
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