Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
10-12-2006
¿Hay que subsidiar a los ricos?
En su muy sugestivo como sugerente libro de reciente fecha, Cuentos
chinos, Andrés Oppenheimer, en el capítulo 10, América Latina en el
siglo del conocimiento, anota las siguientes muy punzantes
consideraciones. Leamos:
¿Las peores universidades del mundo?
"Un ranking de las mejores doscientas universidades del mundo
realizado por el suplemento educativo del periódico británico The
Times les dio una pésima nota a las universidades latinoamericanas:
según el estudio, hay una sola universidad de la región que merece
estar en esa lista. Y está casi al final: en el puesto 195. ¿Son tan
malas las universidades latinoamericanas?, me pregunté cuando leí el
estudio. ¿Nos están contando cuentos de hadas quienes dicen que
nuestros académicos y científicos triunfan en los Estados Unidos y
Europa? ¿O es que el ranking de The Times de Londres está sesgado a
favor de las universidades de los países ricos?.......
¿Hay que subsidiar a los ricos?
Claro, se estarán diciendo muchos, Noruega y Suecia pueden destinar el
7 por ciento de su producto bruto a la educación porque no tienen
gente que se muere de hambre. Sin embargo, muchos otros países que han
elevado enormemente su calidad de vida en las últimas décadas no lo
hicieron desviando fondos estatales de la lucha contra la pobreza,
sino haciendo que los estudiantes de clase media y alta paguen por sus
estudios, ya sea durante o después de los mismos. América latina
(sic), en efecto, es una de las últimas regiones del mundo donde
todavía hay países en los que se subsidia el estudio de quienes pueden
pagar. Se trata de un sistema absurdo por el cual toda la sociedad
–incluidos los pobres- subsidia a un número nada despreciable de
estudiantes pudientes. Según el Banco Mundial, más del 30 por ciento
de los estudiantes en las universidades estatales de México, Brasil,
Colombia, Venezuela y la Argentina pertenecen al 20 por ciento más
rico de la sociedad. "La educación universitaria en América latina
sigue siendo altamente elitista, y la mayor parte de los estudiantes
proviene de los segmentos más adinerados de la sociedad", dice el
informe. En Brasil, un 70 por ciento de los estudiantes pertenecen al
20 por ciento más rico de la sociedad, mientras que sólo el 3 por
ciento del cuerpo estudiantil está compuesto por jóvenes que vienen de
los sectores más pobres. En México, el 60 por ciento de la población
estudiantil universitaria proviene del 20 por ciento más rico de la
sociedad, y en la Argentina, el 32. Otro estudio, de la Unesco,
calcula que el 80 por ciento de los estudiantes universitarios
brasileños, el 70 de los mexicanos y el 60 de los argentinos vienen de
los sectores más ricos de la sociedad. ¿Cómo se explica eso? Los
autores del estudio dicen que la razón es muy sencilla: los
estudiantes de origen humilde que fueron a escuelas públicas llegan
tan mal preparados a la universidad que la mayoría abandona sus
estudios al poco tiempo de empezar. Eso lleva a una situación
paradójica, en la que los ricos están sobrerrepresentados en las
universidades gratuitas, por lo que el sistema "constituye una receta
para aumentar la desigualdad", concluye el informe del Banco Mundial.
En nombre de la igualdad social, se está excluyendo a los pobres, al
no darles posibilidad de recibir becas.
En años recientes, casi todos los países europeos dejaron atrás la
educación gratuita, para cobrarles a quines pueden pagar. Las
universidades estatales de Gran Bretaña comenzaron a cobrar a sus
estudiantes en 1997. En España, los estudiantes de todas las
universidades públicas pagan unos 550 dólares por año, menos quienes
vienen de hogares pobres, o familias con más de tres hijos. María
Jesús San Segundo, la ministra de Educación del gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero, me señaló en una entrevista que el número de
universitarios que no pagan aranceles en su país es "cerca de un 40
por ciento". Y los pagos del restante 60 por ciento de los estudiantes
de las clases medias y altas contribuyen a cubrir un nada despreciable
15 por ciento del presupuesto universitario. La tendencia europea es
hacia el pago de los estudios. Según me dijo la ministra, casi todos
los países europeos financian alrededor del 20 por ciento de su
presupuesto universitario con aranceles que cobran a los estudiantes.
En Alemania, luego de una larga batalla legal, la Corte Suprema
autorizó a todas las universidades a cobrarles a sus alumnos, algo que
ya venían haciendo algunas de ellas en varios estados.
En algunos países latinoamericanos ya se comenzó a corregir el
subsidio a los ricos: Chile, Colombia, Ecuador, Jamaica y Costa Rica
tienen sistemas por los cuales los estudiantes que pueden pagar deben
hacerlo. Pero cuando la UNAM intentó introducir un sistema parecido en
México en 1999, durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo,
tuvo lugar una huelga estudiantil que paralizó la universidad y obligó
a las autoridades a dar marcha atrás. Cuando asumió Fox, ni el
gobierno ni las autoridades universitarias se animaron a reflotar el
tema". (pp. 314-315,
La pregunta de por sí retadora es, aunque recurrente, ¿hay que
subsidiar a los ricos?
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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