Antonio Avitia Hernández
Desde los aciagos días del desafuero del gobernador del Distrito Federal y de la consumación del fraude electoral del 2 de julio de 2006, ambos recursos y cochupos ilegales mediante los cuales la derecha mexicana, empeñada en mantener sus inventados privilegios, intentó terminar con las esperanzas, los deseos, las expectativas y las ilusiones de la mayoría del pueblo mexicano, en su lucha por una vida ciudadana más justa, en la que no exista la discriminación y en la que sus derechos humanos y constitucionales sean respetados, bajo el liderazgo del ahora presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, surgió el vigoroso, combativo, creativo, espectacular e inédito movimiento social mexicano de la Resistencia Civil Pacífica, RCP.
Tildados de locos, revoltosos, renegados, anarquistas, incoherentes, borregos, acarreados, violentos, fascistas, güevones, inútiles, desfasados, fanáticos, perdedores, escandalosos, gritones, sociópatas, exhibicionistas y delincuentes, entre otros epítetos, los militantes de la Resistencia Civil Pacífica, han aprendido a sobrellevar e ignorar la descalificación y las ofensas que reciben por parte de la derecha y de los medios masivos de comunicación controlados y editorializados por el gobierno espurio.
La pregunta obligada ante la insistencia, combatividad, creatividad y constante actividad de los militantes de la Resistencia Civil Pacífica es: ¿cuáles son los motivos que generan semejante actitud y movilización y que aglutina a tantos ciudadanos de diversas clases sociales, sin coincidencia de religión, de género, de raza, de preparación académica, de tipo de trabajo, de ubicación geográfica en la República o fuera de ella, de preferencia u orientación sexual, entre otras diferencias?
Hasta donde se puede observar, las únicas coincidencias que se podrían atribuir a los militantes de la Resistencia Civil Pacífica son: el hecho de que son mexicanos y de que tienen la firme convicción de que su país debe y tienen que cambiar para mejorar las deterioradas relaciones sociales y la repartición de la riqueza que genera, otra más es el agravio que todos ellos sienten por la imposición del gobierno espurio, producto del fraude electoral que hace retroceder a los años de la usurpación huertista, al proceso democrático en el país, validando de hecho los compromisos, componendas y corruptelas de todos los participantes en la consumación del robo de la presidencia constitucional.
Así, para los militantes de la Resistencia Civil Pacífica, esta situación es inaceptable…
Porque de aceptarse, se daría validez a la estructura electoral corrupta que efectuó el cochupo legalista mediante el cual el espurio accedió al poder de manera ilegítima.
Porque el grupo de la derecha en el poder no vacila en efectuar la entrega de los bienes y el patrimonio nacionales a las empresas transnacionales y no duda en realizar la privatización de la energía eléctrica y del petróleo para congraciarse con el Imperio estadounidense.
Porque para la derecha en el poder, es más importante mantener los privilegios y las distinciones entre los habitantes de la nación, en términos de discriminación racial, de edad, de sexo, de preferencia u orientación sexual, de capacidades, de religión y de apariencia, imponiendo ante la sociedad, a una minoría, integrada por un grupo de familias herederas del conservadurismo decimonónico recalcitrante y sus aliados, que establecer una sociedad ciudadana igualitaria y respetuosa, en la que no exista la discriminación.
Porque, la represión directa y el terror que, en sus imágenes de asesinato, tortura y prisión, en diversas entidades, ha establecido el gobierno de la derecha, usando para ello a la fuerza pública, en su inútil afán de legitimación, es una razón más que suficiente y legal para la práctica de la protesta y la Resistencia ciudadana.
Porque, como aliados al grupo en el poder, varios empresarios, en la comisión del ilícito de interferencia en las elecciones y agraviando a la sociedad, optaron por promover la publicidad y la guerra sucia en contra del actual presidente legítimo y a favor del presidente espurio.
Porque la explotación de la gente de nuestro país es ya insufrible y promueve el éxodo de nuestros compatriotas hacia los Estados Unidos, en lamentables y binacionalmente toleradas condiciones de explotación y discriminación.
Porque nuestro país no debe ser más un apéndice o un peón del imperio estadounidense en lo que respecta a sus relaciones internacionales y debe recuperar su prestigioso lugar perdido en el concierto o desconcierto de las naciones.
Porque todos los mexicanos deben seguir teniendo derecho a la educación en todos los niveles y porque la educación básica pública debe seguir siendo gratuita, obligatoria y laica, teniendo como prioridad la calidad, con planes y programas de estudio congruentes, y no ser el trofeo para la consecución de prebendas y beneficios económicos para el grupo en el poder, mediante el manejo corrupto y electorero del gremio magisterial.
Porque el Estado Mexicano debe garantizar los servicios de salud en términos científicos, gratuitos y sin prejuicios de ninguna índole, para todos los habitantes de la nación.
Porque los impuestos que los mexicanos pagamos deben invertirse en el propio beneficio de los mexicanos: en su salud, educación, vivienda, alimentación, cultura y bienestar, y no servir para pagar: Rescates Bancarios, Rescates Carreteros, Fondos de Protección al Ahorro Bancario, salarios millonarios de supuestos y dudosos servidores públicos, deudas externas, deudas internas, juicios corruptos a favor de empresas transnacionales, viajes y vestuarios suntuosos de supuesta representación nacional, museos y egotecas de ex presidentes, salarios inflados y armamentos de soldados y oficiales de unas fuerzas armadas que no tienen prioridad de guerra pero que están siendo utilizadas como bastión único del poder político espurio, ese dinero tampoco debe ser utilizado en el pago del bloqueo informativo en los medios, entre otras muchas corruptelas.
Porque se debe dar prioridad y protección a la producción agrícola nacional, especialmente al maíz, ante la puesta en vigor del pernicioso Tratado de Libre Comercio en su apartado de agricultura y ante los embates de las empresas transnacionales que intentan apoderarse de la información genética de los cereales, modificando su propia naturaleza y…
Porque el coraje ante el bloqueo al acceso al poder por la vía democrática, y la simulación en todos los ámbitos nos obligó a optar por la resistencia.
Hemos aprendido a resistir y todo parece indicar que tenemos que seguir resistiendo, ante la implementación de las políticas de globalización y de privatización, que ya han fracasado en otros países de Latinoamérica.
Los logros no parecen ser muy visibles pero sí lo son, sobre todo en lo que se refiere al boicot, la participación de los militantes de la Resistencia Civil Pacífica, desde sus propios ámbitos, expuestos o no, manifestándose espectacular o públicamente, o actuando de manera discreta pero consciente, en el ejercicio de su poder de compra como consumidores o no consumidores, va dando lentos pero seguros resultados, mismos que se observan en las desesperadas y escandalosas campañas de publicidad, en las declaraciones periodísticas de justificación y exculpación, así como en los paros técnicos y la puesta a la venta de productos alternos, por parte de algunas de las empresas emplazadas al boicot. Es importante hacer entender a los empresarios que, de manera dolosa, han intervenido en nuestros procesos democráticos, que no es un buen negocio meterse en cosas que, por ley, no les incumben.
Por todo lo anterior, a pesar de que nos tilden de: locos, revoltosos, renegados, anarquistas, incoherentes, borregos, acarreados, violentos, fascistas, güevones, inútiles, desfasados, fanáticos, perdedores, escandalosos, gritones, sociópatas, exhibicionistas y delincuentes, pero nunca de corruptos o de entreguistas, seguiremos resistiendo y apoyando el Proyecto de Nación de Andrés Manuel López Obrador.
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