La propuesta del Presidente Chávez de reconocer estatus de fuerza beligerante a las guerrillas colombianas que viabilizaría un acuerdo para regular la guerra, es un paso importante en la vía de la solución política al conflicto social y armado, pues abre las puertas para avanzar en el camino de la paz y contribuye a que se despeje la verdad sobre la confrontación.
El conflicto interno ha sido simplificado y reducido a una expresión de terrorismo y narcotráfico, promovida por el gobierno colombiano dentro de la estrategia mediática de la guerra contrainsurgente.
La decisión de incluir a la Insurgencia en la lista de organizaciones terroristas liderada por el gobierno de los Estados Unidos y acogida por la Unión Europea, así como el pedido de extradición de militantes, es la máxima expresión de injerencia en los asuntos internos del país. Pero además tiene el propósito de restringir la acción política del movimiento guerrillero, ilegitimarlo e impedir las relaciones con otros países.
El ELN no es terrorista ni narcotraficante. Representamos un proyecto político, que lucha por construir la nueva nación de contenido popular, democrático y humanista, que asuma la superación de las causas que originaron y alimentan el conflicto.
Luchamos contra la injusticia social, la exclusión y el régimen, responsable de la opresión política por medio del terrorismo de Estado y de la dominación económica.
Hacemos parte de las fuerzas que luchan por cambios políticos, económicos y sociales, en contra del monopolio del poder por parte de la oligarquía colombiana y de la injerencia perversa del imperialismo norteamericano.
El ELN considera que esta confrontación hay que regularla mientras se crean las condiciones para que pare definitivamente la guerra mediante un acuerdo de paz real, estable y duradero. En busca de tales propósitos y como alivio a la situación de las grandes mayorías de la nación, el ELN tiene propuestas y disposición de trabajar por la solución política al conflicto que viabilice la construcción de un nuevo país, que nos interprete a todos.
Los últimos cinco gobiernos con quienes se ha dialogado, han sido inferiores a la responsabilidad histórica y constitucional de buscar la paz. Para éstos la solución política y la paz es equivalente a la desmovilización y desarme del movimiento guerrillero que, sobre todo, garantice la continuidad al régimen de opresión política y a sus privilegios económicos.
El gobierno de Uribe Vélez está empecinado en negar la existencia del conflicto interno, el carácter político de éste y las causas que lo generan. Confunde la paz con la pacificación, destinando a ésta los esfuerzos con el incremento de la guerra y la puesta en marcha de la segunda fase del Plan Colombia, asesorado y financiado por el gobierno de los Estados Unidos.
El ELN considera que ha llegado el momento de reconocer la existencia del conflicto interno colombiano para avanzar hacia un acuerdo de humanización y regularización de la guerra que le ponga freno a su degradación y escalamiento y haga posible la construcción de la paz.
Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN)
El conflicto interno ha sido simplificado y reducido a una expresión de terrorismo y narcotráfico, promovida por el gobierno colombiano dentro de la estrategia mediática de la guerra contrainsurgente.
La decisión de incluir a la Insurgencia en la lista de organizaciones terroristas liderada por el gobierno de los Estados Unidos y acogida por la Unión Europea, así como el pedido de extradición de militantes, es la máxima expresión de injerencia en los asuntos internos del país. Pero además tiene el propósito de restringir la acción política del movimiento guerrillero, ilegitimarlo e impedir las relaciones con otros países.
El ELN no es terrorista ni narcotraficante. Representamos un proyecto político, que lucha por construir la nueva nación de contenido popular, democrático y humanista, que asuma la superación de las causas que originaron y alimentan el conflicto.
Luchamos contra la injusticia social, la exclusión y el régimen, responsable de la opresión política por medio del terrorismo de Estado y de la dominación económica.
Hacemos parte de las fuerzas que luchan por cambios políticos, económicos y sociales, en contra del monopolio del poder por parte de la oligarquía colombiana y de la injerencia perversa del imperialismo norteamericano.
El ELN considera que esta confrontación hay que regularla mientras se crean las condiciones para que pare definitivamente la guerra mediante un acuerdo de paz real, estable y duradero. En busca de tales propósitos y como alivio a la situación de las grandes mayorías de la nación, el ELN tiene propuestas y disposición de trabajar por la solución política al conflicto que viabilice la construcción de un nuevo país, que nos interprete a todos.
Los últimos cinco gobiernos con quienes se ha dialogado, han sido inferiores a la responsabilidad histórica y constitucional de buscar la paz. Para éstos la solución política y la paz es equivalente a la desmovilización y desarme del movimiento guerrillero que, sobre todo, garantice la continuidad al régimen de opresión política y a sus privilegios económicos.
El gobierno de Uribe Vélez está empecinado en negar la existencia del conflicto interno, el carácter político de éste y las causas que lo generan. Confunde la paz con la pacificación, destinando a ésta los esfuerzos con el incremento de la guerra y la puesta en marcha de la segunda fase del Plan Colombia, asesorado y financiado por el gobierno de los Estados Unidos.
El ELN considera que ha llegado el momento de reconocer la existencia del conflicto interno colombiano para avanzar hacia un acuerdo de humanización y regularización de la guerra que le ponga freno a su degradación y escalamiento y haga posible la construcción de la paz.
Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN)
elndecolombia@yahoo.fr
www.eln-voces.com
www.patrialibre.org
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