Fausto Fernández Ponte
La Otra Vía
I
No ha muchos días, se reunieron los representantes de las organizaciones insurgentes de México, incluyendo las armadas y en lucha guerrillera declarada contra el poder formal.
Hágase la salvedad de que el poder formal es el Estado mexicano y el gobierno sexenal que lo representa, así como los poderes fácticos que dominan a aquél.
¿Motivo de ese cónclave? Examinar las opciones reales, objetivamente discernidas, que existen en nuestro país para lograr un cambio cualitativo.
Y ese cambio cualitativo sólo es posible, según se desprende del análisis de las organizaciones insurgentes, mediante la toma del poder formal y destruir los fácticos.
Tamaña tarea, desde luego, es la de tomar el poder en México, desplazado al Estado mexicano y a su emblemático gobierno y, desde luego, a los poderes fácticos.
Empero, si bien la tarea es ciclópea, no antójase imposible, como lo muestra no sin elocuencia la propia Historia de los movimientos sociales y políticos.
Caso en punto, insoslayablemente, el de Cuba. Es, añadiríase, un caso de libro de texto: Un grupo de rebeldes, encabezados por Fidel Castro, tomó el poder en 1959.
Pero los revolucionarios cubanos no tomaron el poder sólo mediante el empleo estratégico --guerrillero-- de las armas, sino con el concurso de otros factores y vectores.
II
Como bien sabríase, algunos de esos agentes son históricos; es decir, tienen que ver con la historia misma de las luchas del heroico pueblo cubano.
Hasta 1956, esas luchas habían sido incensantes, en un contexto sociopolítico y socioeconómico que se convirtió, por su naturaleza contradictoria, en móvil revolucionario en sí.
Y es que el contexto que exhibe claras peculiaridades de opresión --cualesquiera que sean sus modalidades y su gradación-- es un motivador poderoso.
Esto nos lleva a los factores y vectores de los procesos revolucionarios. En el caso de Cuba, esos agentes tenían un denominador común: el anhelo popular de cambio de régimen.
En efecto. Cuando los revolucionarios del Granma arribaron a Los Cayuelos para iniciar en la Sierra Maestra una lucha armada que duró tres años, tuvieron el apoyo popular.
El país estaba bajo las garras de una brutal dictadura militar --la de Fulgencio Batista-- que actuaba en la práctica como un protectorado de Estados Unidos.
Ese contexto de protectorado tanto de facto como formal -- no olvidemos la Enmienda Platt-- tenía por característica una cínica corrupción en el ejercicio del poder.
Cuba, pues, no era de los cubanos. La economía estaba dominada por intereses privados estadunidenses, incluyendo los del crimen organizado. La gente vivía en la pobreza.
III
En realidad, cuando el señor Castro irrumpió en escena desempeñó un papel de catalizador --desde el asalto al Cuartel Moncada, antes del Granma-- de anhelos populares.
El contexto del pueblo cubano era de terrible desigualdad económica e injusticia social y grave iniquidad del poder, ejercido por EU, el crimen organizado y la élite local.
Esas condiciones le dieron coherencia histórica y realista a la lucha armada en Cuba. El pueblo cubano no podía acceder al poder ni convertirse en gobierno por la vía electoral.
En México, el contexto socioeconómico y sopciopolítico convergen, sin comparar, por supuesto, las condiciones prevalecientes en Cuba hace 50 años, en un punto nodal.
Ese punto nodal es el de las condiciones socioeconómicas, sociopolíticas y culturales, así como las del entorno físico --el geográfico-- y la correlación de fuerzas armadas.
Los representantes de las organizaciones insurgentes de México concluyeron, al parecer, que la vía electoral es virtualmente inexistente para alcanzar el poder.
También concluyeron que, aparentemente, la vía armada no ofrece condiciones favorables a su desarrollo. ¿Qué opciones existen, pues, para tomar el poder y el cambio?
Las organizaciones insurgentes ponderaron una vía ya en uso: La movilización social. El poder de la calle. En paz -- sin violar la ley--. Esa es la otra vía revolucionaria.
Glosario:
Cónclave: Junta o reunión de personas que se reúnen para tratar algún asunto.
Nodal: Perteneciente o relativo al nodo. Cada uno de los dos puntos opuestos en que la órbita de un astro corta la Eclíptica.