viernes, junio 05, 2009

Perú: ALERTA - ALERTA - ALERTA - ALERTA!!

Empezó la represión a los indígenas que defienden La Amazonia.

Subject: ALERT: 20 Amazonian Indigenous men have been killed by Peru's police

Dear Friends !I am sad to wake up and find this letter from my friend
in peru....

Subject: Re: Congreso no quiere discutir derogatoria
Date: Friday, June 5, 2009, 8:26 AM

Hola Q'Orianka.
Querida amiga:

Te escribo por la mañana de hoy viernes 5 de junio. At this moment the
police is attacking indians and also the rest of the population in the
cities of Bagua Grande and Bagua Chica, in the departmento (region) of
Amazonas.

There are lots of killings, but the radio only talks about the
policemen that have died.
The central argument is this one: how can the government be right in
this situation, if the WHOLE POPULATION (indians and not indians) are
against the police (and soon the armed forces which is being deployed.

At this moments, though people I know inform directly from the zone,
information is confused. I will let you know about what is happening
and with clear information soon.
Please be in alert.

Aquí un video e info al respecto. Pero básicamente es lo de siempre EL PETRÓLEO.

El Paro amazonico ¿Porque luchan los indigenas del amazonas peruano?



Respuesta: POR EL ABUNDANTE PETRÓLEO:

Mas de un mes de paro amazónico en Perú

Mientras el caso Fujimori ocupa el foco de la atención pública, viene desarrollándose una huelga amazónica de gran alcance. Los protagonistas son grupos étnicos de la selva que aún mantienen formas organizativas tradicionales, como comunidades originarias. Ellos han sido constantemente agredidos por oleadas de colonización para la exportación de algún recurso natural.

El caucho fue el caso más importante de la historia, habiendo establecido un paradigma que se repite hasta hoy. Se trata de un esquema depredador del bosque y de agresión a los pueblos que lo habitan desde tiempos remotos. Los gobiernos nacionales proceden como si la selva amazónica no tuviera gente, como si fuera un espacio vacío e inagotable, que se trata de poner en valor.Ayer fue el caucho, hoy son tres productos principales: petróleo, madera y minerales. En la era del jebe, se decía que era el reemplazo del salitre perdido en la guerra del Pacífico. Hubo un boom que se saldó por la eliminación casi completa de algunos grupos étnicos reclutados como peones sobreexplotados.

El caso más notorio fue el del cauchero peruano Julio Arana, quien en el Putumayo oprimió a los huitotos casi hasta su exterminio, pero fue enjuiciado por esclavismo en Gran Bretaña, donde estaba asentada su compañía.

Ahora se está repartiendo la amazonía bajo forma de grandes concesiones. Por ejemplo en petróleo, desde el 2000 hasta hoy, el Perú ha multiplicado por diez el número de denuncios en la selva. La mayoría están aún en etapa de exploración, mostrando la voluntad de los gobiernos de esta década por multiplicar la actividad petrolera.

Lo mismo en minería. Incluso en zonas de frontera se acepta la presencia de empresas mineras extranjeras, que la ley no acepta en principio, salvo excepción. Por ejemplo, un área sensible, vecina a la cordillera del Cóndor, ha sido concedida a una minera, provocando la incomodidad de nuestros vecinos del norte, con quienes se había quedado en convertir la zona en un bosque natural.

Este tipo de políticas llega a un extremo en el caso de la madera. Sucede que, entre los árboles que se piensa talar, vive gente, animales y hay un ecosistema complejo y frágil. Si el bosque se corta en profundidad, se acaba la vida natural y humana que lo ha poblado desde tiempos inmemoriales. Por su lado, antes que sobre tierra agrícola, muy escasa en la selva, los árboles amazónicos se sostienen sobre capas de materia orgánica, que ellos mismos producen. En realidad, si se tala masivamente, se mata la capa orgánica que sostiene la cubierta vegetal. Es decir, no se podría reforestar, se convertiría en un páramo.

Esta política se ha condensado en una serie de decretos leyes que los amazónicos consideran atentatorios contra sus derechos ancestrales. Por ello pidieron su derogatoria y la obtuvieron, después de una gran huelga en agosto del año pasado. El gobierno retrocedió y el Congreso se comprometió a derogar esas normas. Incluso se nombró una comisión parlamentaria para revisarlas, que concluyó recomendando precisamente su anulación. Pero, no ha pasado al Pleno y en el entretiempo, el gobierno ha promulgado otra norma que profundiza el ataque al bosque. Se trata de la ley 29317, llamada ley forestal, que invita a sobreexplotar el ecosistema amazónico.

Por su parte, ellos están bien organizados. Quizá no tienen mucha llegada a los centros nerviosos del país. Pero, los pueblos originarios de la amazonía se mantienen reunidos alrededor de sus comunidades. Asimismo, han creado asociaciones modernas, como AIDESEP por ejemplo, que tienen una presencia muy superior a los gremios de costa y sierra. Los amazónicos son oídos a distancia, pero son fuertes porque son consistentes y manejan su territorio.

Están dejando sus ocupaciones habituales y se concentran en ciertos parajes de los ríos, interrumpiendo el tránsito fluvial. Sólo dejan pasar canoas. No se quedan mucho tiempo, aparecen y se disuelven, para volverse a reconcentrar en otro punto. Esta vez están decididos a ir hasta el final, porque sienten que han sido engañados. Que les prometieron y luego los mecieron. Las próximas semanas darán que hablar. Bien haría el gobierno en tomar las cosas con seriedad, porque los amazónicos cumplen lo que prometen.

FUENTE: kaosenlared.net

La Jornada: ¿Para qué sirve el voto nulo?

¿Para qué sirve el voto nulo?
Octavio Rodríguez Araujo

Con base en la información del Instituto Federal Electoral, la lista nominal de ciudadanos con derecho a voto consta de 77 millones 481 mil 874 personas. Algunos analistas han pronosticado que en la próxima elección federal del 5 de julio habrá entre 65 y 70 por ciento de abstención, lo que significaría, en la máxima abstención calculada, que sólo asistirían a votar poco más de 23.3 millones de ciudadanos. Los partidarios del voto nulo, por tanto, se dirigen a éstos y no a los más de 54 millones de mexicanos que probablemente se abstengan de sufragar.

Entre los promotores del voto nulo, en otros países también llamado voto en blanco, hay algunos que cuentan con blogs y otro tipo de representaciones en Internet, unos con más fundamento que otros. En todos los casos se lee una cierta posición en contra del sistema político y de los partidos, y se fundan sus esperanzas en la ciudadanía como si los políticos no formaran parte de ésta o fueran extraterrestres.

Esta propuesta tiene varios puntos flojos. El primero es creer que la ciudadanía no vive parcialidades subjetivas e intereses individuales de diversas orientaciones; es decir, se soslaya que es pluriclasista y que no son comparables los habitantes de los estados prósperos del país, incluido el Distrito Federal y buena parte de su zona metropolitana, y los de las entidades federativas donde radica el mayor número de pobres y de marginados de México. Más aún, se pasa por alto que en una misma ciudad no son semejantes los que viven en Las Lomas y Polanco, por ejemplo, con los habitantes de Iztapalapa o Milpa Alta, para sólo referirme a la ciudad de México. Ligado con esto, se omite que sólo un poco menos de 25 por ciento promedio de la población tiene acceso a Internet, y que incluso en este porcentaje general deben distinguirse las zonas del país más prósperas de las más marginadas. Los seis estados de la frontera norte y el Distrito Federal no tienen comparación, por cuanto a acceso a Internet, con los estados del centro y sur del país. En los primeros el acceso a la red es de casi el doble que en los demás. De ese 25 por ciento de la población que usa Internet, incluidos muchos menores de 18 años, ¿cuántos y por qué artes o inspiración, consultarán los blogs que llaman a anular el voto? ¿Cuántos están interesados en las páginas de contenido político, incluidos los periódicos que pueden ser consultados por medios electrónicos? ¡Qué bueno que existan páginas con intenciones de orientar o desorientar políticamente a la población! Pero, por favor, bájense de su pedestal. Pecar de soberbia puede ser peligroso, y el menor de sus riesgos sería ser víctima de la ingenuidad y del wishful thinking; es como si yo creyera que todos los lectores de La Jornada me leen y, peor, que influyo en ellos. Si en Estados Unidos muchos pensaron que mediante Internet y redes sociales podían llevar a Obama a la Casa Blanca (como en buena medida ocurrió), tenían una base de realidad que México no tiene; esto es, que 220 millones de estadunidenses (72.5 por ciento de la población total) tenían acceso a Internet en 2008 (datos de Internet World Stats).

Llamar a anular el voto es dejar, deliberadamente, que los que sí votan, por pocos que sean, elijan a los diputados por todos los demás, es decir por los abstencionistas y por quienes anulen su voto. Es dar un cheque en blanco a quienes triunfen de la próxima contienda. Estos dirán: si no votaste por mí no te debo nada, aunque por lo general digan lo mismo a los que sí votaron por ellos, pues nuestros diputados, con algunas excepciones, son bastante cínicos y nada o muy poco comprometidos con sus electores.

El cinismo de la mayor parte de nuestros políticos es ampliamente conocido, al igual que la poca o nula eficacia de las instituciones creadas teóricamente para atender las necesidades de la población. ¿Por qué, entonces, los promotores de la abstención o del voto nulo piensan que los van a afectar y/o a sensibilizar con el látigo del desprecio ciudadano al no acudir a las urnas o al echar a perder su voto?

La abstención, como el voto nulo, no conmueve a nadie ni cuestiona en serio la legitimidad de un candidato ganador. Cuando los serbios quisieron buscar la mayor participación legitimadora de los votos para la presidencia de la república, estableciendo que si en la segunda vuelta de la elección presidencial no sufragaba por lo menos la mitad de los votantes los partidos/candidatos tendrían que ir a nuevos comicios, se frustraron, ya que en las dos elecciones presidenciales llevadas a cabo en 2002 no se alcanzó el voto de 50 por ciento del registro de electores. En consecuencia, para las elecciones de 2003, la Asamblea Nacional de ese país modificó la ley estableciendo que ese 50 por ciento de votantes debía ser el mínimo en la primera vuelta, y no en la segunda como estaba estipulado. Sólo en los regímenes totalitarios monopartidistas la abstención es menor a 10 por ciento. En las democracias, por imperfectas o perfectas que sean, suele ser mucho mayor y ningún gobernante es de mayoría real, mucho menos un diputado, pero ahí están.

Si de veras se quisiera reprobar y rechazar en todos sentidos a la llamada clase política, mejor hubiera sido organizar desde hace tiempo (y no al cuarto para las 12) un grande y masivo movimiento en su contra y no convocar a la abstención o al voto nulo (que será secreto e íntimo) y que, al final, lo único que producirá será una satisfacción muy personal, pero no un movimiento organizado en contra del sistema. Y si el rechazo es sólo individual, aunque por su suma parezca colectivo, deberá tomarse en cuenta que los gobiernos siempre podrán absorber y paliar esa inconformidad individual, como bien lo hizo Salinas con su Programa Nacional de Solidaridad, para sólo poner un ejemplo de un candidato que, con todo y fraudes, no obtuvo siquiera el voto de 25 por ciento del padrón electoral en 1988.

El único movimiento social más o menos articulado nacionalmente en estos momentos es el que ha venido construyendo López Obrador, y no tiene nada que ver con el abstencionismo ni con el voto nulo. ¿Por qué no mejor fortalecerlo en lugar de militar en su contra a cambio de la satisfacción íntima y a la vez desorganizada de no acudir a las urnas o de votar en blanco? Para mí es obvio que después del voto nulo, por masivo que pueda ser (que no será), no pasará nada: ni los anulistas se organizarán ni surgirá de ahí movimiento alguno, pero Calderón y su partido estarán muy agradecidos.


El cartón de hoy

Votar o no votar-Fisgón
Con alfileres-Helguera
Despecho electoral-Rocha
Voto en blanco-Ahumada