miércoles, enero 31, 2007

Por Culpa del Peje

De mi adorada "Chica Fresa" http://miveld.blogspot.com/ aquí les dejo esta maravilla. Disfrútenlo
Que el Gobierno Legítimo sea el pueblo organizado. AMLO

2007/01/27

Por culpa del Peje

Por culpa del Peje no van a desfilar con nosotros los gallardos líderes obreros de la CTM y del Congreso del Trabajo, esos dignos prohombres que tanto se desvelan por los trabajadores, esos aguerridos opositores a cuanta medida gubernamental afecte al nivel de vida del proletariado.

Los indómitos críticos del sistema, los que jamás doblan el espinazo ante los políticos, los patrones o, peor aún, los políticos-patrones o patrones-políticos, los impolutos dirigentes que jamás --¡oíganlo bien!-- JAMÁS se han quedado con un solo centavo de sus agremiados.

Los que negociaron de maravilla el TLCAN y protegieron nuestra economía y nuestro campo de los embates de los gringos, los que se han opuesto a que se entregue el patrimonio nacional por centavos, menos aún si pueden salir beneficiados. Los que han defendido las pensiones y jubilaciones y ni en sueños aceptarían tener una AFORE para jinetear los recursos de sus agremiados...

Ellos, los que habitan misérrimos jacales en la periferia urbana, por ahí por el rumbo de Bosques de las Lomas o La Herradura, los que se transportan como la mula de San Fernando, a ratos a pie y a ratos andando (pero en su Lincoln Navigator o en su Hummer) o, cuando bien les va, en guajolojet, los que visten en Hecali-Armani, calzan las auténticas copias Nike-Ferragamo llegadas de China y se alimentan de Maruchan y Boing aderezados con caviar, los que disciplinadamente votaron por el PRI y obligaron a otros a votar por FECAL ahora nos abandonan, nos dejan solos en protesta por la posible presencia de AMLO en la marcha-mítin del miércoles 31.

Mi alma está desconsolada, apabullada, atarantada, desmadrada ante tan tremenda noticia. Seguramente se llevarán consigo a esos cinco millones tan platicados pero tan poco vistos, esos fantasmales contingentes que sólo se aparecen en el Zócalo un ratito en la madrugada del 1° de mayo a cambio de cachuchas, camisetas y tortas de tamal o mediante el módico pago de una corta feria y que no vuelven a salir más que obligados.

Y esos pocos pejistas que nada más alcanzamos a llenar la plancha del Zócalo, las calles aledañas y el Paseo de la Reforma tendremos que resignarnos a soportar su ausencia.

Sufro, no lo niego, pero ya ni qué...
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Saludos a la Chica Fresa