miércoles, febrero 14, 2007

dale a los BOICOTS!

Comparto el sentir de quien escribió el texto. Yo me siento igualmente atada de manos, no quiero pasar seis años de mi vida dando gritos y sombrerazos sin que nada cambie. No está el país para eso. Por la vía pacífica pero debemos ser muy activos. YO INSISTO EN LOS BOICOTS. Aunque terminemos comiendo pasto pero debemos pegarle duro a la coca-cola y a las grandes trasnacionales sin olvidar los bancos. Pero este boicot tiene que ser tan fuerte que de verdad les pegue.

Ayer escuché en la radio que coca-cola va por tres mil despidos. No alcancé a escuchar si aquí en México o a nivel internacional. Esa noticia me dió mucho gusto. Tenemos que doblar a ese monstruo maldito y obligarlo a poner de patitas en la calle a su pelele de mierda.

Saludos y ánimo. Recuerden que tenemos el honor de estar con Obrador y de ser representantes del Gobierno Legítimo (por cierto, cómo tendrán su credencial los que están en el extranjero????)

bueno, saludos.



Víctor G. Ayluardo:
Bien dicen por ahí que la historia, a la larga se convierte en el mejor maestro que la vida nos puede dar, y no hay nada mas cierto que eso, reflexionar sobre esta, siempre nos amplía la visión y nos ubica, hacia un entendimiento más claro, de los acontecimientos actuales dando pauta para encaminar las diversas luchas a las que nos enfrentamos en este creciente orden global.

Hay quien esta dispuesto a tomar la bandera de sus ideales, pulverizando viejos esquemas que, ya no benefician mas que a un puñado que siempre termina llevándose la tajada más grande, hay muchos que lo llevan hasta sus ultimas consecuencias con alegre irreverencia, abriendo una caja de Pandora que deja escapar múltiples brechas para forjar una nueva identidad, un nuevo camino que abra para todos las mismas condiciones y posibilidades, lejos de un sistema anacrónico y sin sentido.

Otros mas, se quedan ahí, estáticos con su disfraz de rebeldía haciéndole el juego al mismo sistema, succionado hasta la ultima gota que este les pueda dar para a la larga, continuar dando tumbos sobre la misma putrefacción.

Aquí un pequeño esbozo tomado del libro "México Insurgente" de John Reed, que retrata perfectamente, en su contexto histórico un ideal de cambio, un atrevimiento honesto y sobre todo congruente de cuando se deja de creer en un sistema corrupto y caduco:

" ...El problema financiero se le presento a Villa de esta manera: Se percato de pronto que no había dinero en circulación. Los granjeros que producían carne y vegetales se negaban a ir a los mercados de la ciudad porque nadie tenia dinero para comprar. La verdad era que aquellos que poseían plata o billetes mexicanos los habían enterrado. Chihuahua no era un centro de fabricas, y las pocas que había habían cerrado, no había nada que pudiera trocar por comida. Así es que, como una plaga, la parálisis de la producción de alimento comenzó y la escasez ataco a todas las poblaciones.

Recuerdo haber oído vagamente muchos planes elaborados para aliviar esta condición, propuestos por los consejeros de Villa, quien declaro:

-Pues si todo lo que necesitan es dinero, imprimámoslo.

Así, entintaron la imprenta del sótano de palacio de gobierno y emitieron dos millones de pesos en papel grueso, estampados con las firmas de los oficiales de gobierno y con el nombre de Villa impreso a través del billete en letras grandes.

El dinero falso para el todavía gobierno, comenzó a inundar El Paso, se distinguía del original por el hecho de que los nombres de los oficiales eran firmados en lugar de estampados. La primera emisión de moneda estuvo garantizada solo por el nombre de Francisco Villa. En un principio se imprimió para revivir el comercio interno y constituir un nuevo orden estatal alterno de manera que la gente pobre pudiera obtener comida. Y casi de inmediato los bancos de El Paso lo pagaron a 18 y 19 centavos de dólar porque Villa lo respaldaba.

Evidentemente una la medida se abría como una nueva forma de instaurar un mercado económico alterno al institucional, así, comenzó a pagarle al ejercito con el.

El día de la Navidad mando llamar a la gente pobre de Chihuahua y les dio 15 pesos por persona. Después, emitió un decreto ordenando la aceptación de su dinero por todo el estado. Al siguiente sábado los mercados de Chihuahua y otros pueblos cercanos se atestaron de granjeros y compradores.

Villa lanzó otra proclama, fijando el precio de la carne de res a siete centavos el medio kilo, la leche a cinco centavos el medio litro y el pan a cuatro centavos la pieza. No había hambre en Chihuahua. Pero los grandes comerciantes, que tímidamente reabrieron sus tiendas y no tuvieron otra opción mas que aceptar la nueva moneda corriente, etiquetaron sus productos con dos precios: uno para el dinero en plata mexicano y billetes, el otro, para "el dinero" de Villa". Villa detuvo esta acción con otro decreto ordenando que se castigara con sesenta días de cárcel a cualquiera que discriminara su moneda. Villa anuncio que después del primero de febrero la plata y los billetes mexicanos se tomarían como dinero falso forzando así a los ricos hacendados a desenterrar su dinero y cambiarlo en la tesorería del estado.

La mayoría de los hombres de negocios declararon que todo era presunción y lo retuvieron.

Sin embargo, en la mañana del primero de febrero, apareció un decreto pegado en las paredes por toda la ciudad de Chihuahua, anunciando que a partir de ese momento toda la plata y los billetes del banco mexicano se convertían en moneda falsa y ya no podrían ser cambiados por moneda de Villa en la tesorería; cualquiera que tentara pasarlos se le castigaría con sesenta días de reclusión en la penitenciaria. Se levanto un gran revuelo, no solo de los capitalistas, sino también de los míseros avarientos de los poblados distantes.

Tan pronto como se hizo cargo total del gobierno de Chihuahua, puso a su ejercito a administrar la planta de energía eléctrica, los tranvías, el teléfono, las obras de agua potable, y el molino de harina de Terrazas, asigno a soldados a administrar las haciendas que había confiscado, controlaba el rastro y castigo bajo pena de muerte el hurto o la venta de licor al ejercito.

-La única cosa que se puede hacer con los soldados en tiempo de paz -dijo Villa- es ponerlos a trabajar..."

El trozo histórico ahí esta para quien quiera detenerse un instante a reflexionarlo, dicen por ahí que los procesos regresan cada determinado tiempo, quizá estemos entrando en uno en donde ya no haya camino hacia atrás, sea cual sea este trecho a recorrer, valdría la pena ser precisos de hacia donde nos dirigimos y lo que buscamos, si vamos a construir un verdadero estado renovado, aniquilando a ese moribundo, que sigue carcomiendo a quienes vivimos en él o habrá quien seguirá dentro del mismo circulo vicioso, amortajado con esa fachada revolucionaria combatiendo al sistema dentro del sistema mismo.
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