TEGUCIGALPA — Unos treinta hombres, mujeres y niños de la etnia lenca de Honduras son los guardianes de la embajada de Venezuela en Tegucigalpa, donde sólo un diplomático se mantiene desafiando la orden de expulsión que hace más de un mes emitió el gobierno de facto.
Armados sólo de sus razones y su lealtad al depuesto presidente Manuel Zelaya, los indígenas permanecen en la parte exterior de la residencia diplomática, sentados directamente sobre la acera o en rústicas esteras que amortiguan la dureza del piso.
Bajo un toldo, una mesa con utensilios de cocina evidencia que allí mismo se preparan y consumen los alimentos, para no tener que abandonar la vigilia en ningún momento.
"Estamos aquí por solidaridad con el pueblo venezolano, porque este gobierno golpista (de Roberto Micheletti) quiere expulsar a los compañeros (diplomáticos)", explica a la AFP Juan Vásquez, que actúa de improvisado vocero del grupo.
En realidad, en el interior de la embajada sólo se encuentra el encargado de negocios Ariel Vargas, luego de que el 21 de julio, el régimen de facto ordenara la salida de todo el personal diplomático venezolano de Honduras, en represalia por las críticas del presidente Hugo Chávez al golpe de Estado.
Caracas mantiene a Vargas al frente de la legación para hacer patente que no reconoce al gobierno de Micheletti.
"Y nos solidarizamos con ellos porque nunca nadie se había solidarizado con nosotros los lencas como Venezuela, a través del ALBA", explica Vásquez.
Por primera vez ha llegado a las comunidades lencas que habitan la zona occidental de Honduras -Lempira, La Paz, Santa Bárbara y Comayagua- una asistencia médica totalmente gratuita y de calidad.
"Los médicos venezolanos y cubanos, que forman parte del programa Operación Milagro han curado a muchas personas y a otros que lo han necesitado los enviaron a operarse a Cuba o a Venezuela", afirma Vásquez.
"Otro logro -agrega- es el Programa Yo sí puedo, que ha ayudado a alfabetizarse a muchos lencas que no sabían escribir ni leer".
"Cuando el huracán Mitch" que devastó a Honduras en 1998, "fueron ellos los primeros que llegaron a la zona para ayudarnos", recuerda el activista.
Estos son algunos de los programas que el gobierno de Venezuela financió en Honduras, tras el ingreso de este país centroamericano a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) hace exactamente un año, bajo el gobierno de Manuel Zelaya.
Los lencas quieren el regreso de su presidente, el que dicen que más se ha preocupado por ellos, y están convencidos que más tarde o más temprano regresará.