Las transformaciones políticas de América Latina en miras al Socialismo
América Latina es un continente en movimiento, que durante los últimos
años ha vivido grandes transformaciones de la mano de movimientos
sociales y nuevos gobiernos de corte progresista, que buscan erradicar
las inequidades sociales. Estos procesos, con sus nuevas concepciones de
Estado y Constitución, fueron debatidos y analizados en el Foro Social
América -Asunción- que ya está en pleno desarrollo.
Compartir las experiencias de los pueblos, que han vivido
transformaciones en las estructuras tradicionales de Estado para el
cambio social, fue el tema que abarcó el foro “Hacia otros Estados,
refundaciones constitucionales, plurinacionalidad y socialismo”.
El ejercicio realizado por los panelistas, fue mirar sus Estados y
constituciones para conocer los procesos de cambios que han llevado a
cabo a favor de acabar con las desigualdades en sus países, reconociendo
que, a pesar de que América Latina tiene muchos gobiernos progresistas,
aun los desafíos para acabar con las desigualdades son grandes, más aun
cuando la meta es llegar a gobiernos socialistas.
“El neoliberalismo que vivimos en los años 80’ y 90’, ha profundizado un
modelo de Estado con un grado alto de privatización, que nos llevó a la
perdida de soberanía de recursos pero también a la instalación de una
visión de Estado neoliberal que beneficia a las empresas”, explica Nalú
Farias, de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) en Brasil.
Tal como lo explica Nalú, el contexto actual del continente Americano,
muestra una diversidad de situaciones, en donde existe un polo que busca
avanzar en el proceso y sectores que gobiernan desde la derecha. A pesar
de eso, la representante de la MMM reconoce que en América Latina han
habido algunos avances como “la disminución de la pobreza y la
incorporaciones de conceptos como la economía solidaria, que en algunos
países es política de gobierno, lo que ha servido para problematizar la
economía dominante y visibilizar las prácticas económicas de los
sectores”.
Dentro de esos procesos de problematización, han surgido nuevas visiones
y conceptualizaciones basadas en un pensamiento propios como es el “Buen
Vivir”, concepto que nace de la herencia ancestral andina y que a
criterio de Nalú “es un abordaje que está en sintonía con otras
realidades, como los principios de economía feminista que también pone
en el centro del modelo, el bienestar de todas y todos. Busca una nueva
visión de sustentabilidad humana e incorpora contribuciones desde la
ecología”. Así, el “buen vivir” se instala como un concepto que
reconoce la diversidad de los pueblos y la integración de éstos.
Economía desde las mujeres
“Las mujeres estamos trayendo desde la lucha del movimiento feminista
ideas y propuestas, para que sean incorporadas en la nueva conformación
del Estado que busca desmantelar las desigualdades”, señala Nalú.
Estas propuestas, se basan en que los Estados tienen que tener una visión
que reconozca el trabajo como base de la economía, como creación y
recreación humana, en condiciones de igualdad.
Además de eso, proponen la necesidad de reubicar a la economía como parte
de la vida, de la humanidad y de la naturaleza; pensar en un Estado que
rompa con la jerarquización de las esferas públicas y privadas y el
reconocimiento de las mujeres como sujetos, de modo que se les garantice
la soberanía sobre sus vidas y sus cuerpos.
Venezuela y el socialismo del siglo XXI
Remirar los procesos progresista que florecen en el continente implican
necesariamente conocer la situación de Venezuela y sus propuestas para
el cambio social. Las transformaciones que ha vivido el proceso
bolivariano, están de la mano de una nueva constitución, con un modelo
de corte socialista -con un fin ético social- y una nueva visión del
manejo del Estado.
“Estos cambios se han hecho entre pueblo y el gobierno, no son cambios
que se impone o que un grupo lo planifica. Todo lo que se construye esta
dentro de la participación ciudadana que está establecido en la
Constitución”, explica Andrés Giuseppe, parlamentario de Venezuela.
El proceso bolivariano, no ha estado exento de dificultades, retrasos,
golpes de Estado y ataques desde los medios de comunicación
corporativos. Sin embargo, tal como lo explica el parlamentario “es un
proceso que se caracteriza por ser autopoiético, porque toma elementos
de la comunidad, del gobierno, del contexto nacional e internacional y
se va auto-organizando”.
Una de las características de este proceso, es que ha logrado instalar
alternativas a la hegemonía planteada por Estados Unidos, y una de esas
propuestas es el ALBA, que ha nacido desde las discusiones del pueblo
venezolano, lo que refleja el tenor del modelo participativo instalado
en el país.
“La nuestra es una nueva visión de construcción de leyes, donde el pueblo
obligatoriamente es consultado, cualquier ley tiene que ir dos veces a
discusión popular en distintas regiones y allí hay metodologías que
permiten sistematizar las propuestas, que después las discute la
Asamblea Nacional. Eso nos ha permitido sistematizar en las leyes, las
necesidades y experiencias de las comunidades en Venezuela. Aquí el
sujeto sociales es fundamental”, indica Giuseppe.
A pesar de que Venezuela tuvo un proceso constituyente que aprobó la
Constitución, el representante del parlamento reconoce que “el proceso
no ha terminado, ya que es el pueblo el que le va diciendo al Estado
como dirigir su acción al pueblo. El pueblo con el Estado administran
los recursos. Hay leyes que se han elaborado que le restituye el poder
al pueblo, ya que aquí el pueblo está legislando”.
Cuba y su resistencia
Reflexionar sobre estas nuevas formas de dirigir el Estado en miras al
socialismo implica también mirar los procesos ocurridos en Cuba y su
revolución.
Si bien los revolucionarios cubanos accedieron al poder por la vía armada
- a diferencia del resto de los procesos progresistas que hoy vive
América Latina- el proceso de enfrentamiento contra la hegemonía de
Estados Unidos sigue como un proceso constante, explica el académico
cubano Felipe Pérez Cruz.
“La democracia cubana, se basa en un grupo de leyes complementarias que
permite el sistema socialista en Cuba y un Estado socialista que es uno
de los estados más revolucionarios y democráticos del mundo”, señala
Pérez Cruz, quien además indica que “en Cuba el constitucionalismo sigue
en debate de nuestra constitución”.
Sin embargo, los retos para desarrollar procesos con miras al socialismo
son grandes y las explica Pérez Cruz, como acabar con la enajenación de
las relaciones capitalistas, de las relaciones materialistas y
espirituales. “Socialismo es luchar contra la explotación de la
humanidad, y en América Latina, es ser antiimperialista y tener nuestro
amor, fraternidad y cooperación con el pueblo norteamericano que es
rehén de su capitalismo. El socialismo, es una voluntad del hombre y
mujer sobre las circunstancias para hacer lo justo y necesario, para
resolver las necesidad concretas e históricas de nuestros países”,
concluye el académico cubano.
Más noticias del IV Foro Social Américas:
http://www.movimientos.org/fsa2010/