sábado, agosto 14, 2010

América Latina en Movimiento

Las transformaciones políticas de América Latina en miras al Socialismo

América Latina es un continente en movimiento, que durante los últimos

años ha vivido grandes transformaciones de la mano de movimientos

sociales y nuevos gobiernos de corte progresista, que buscan erradicar

las inequidades sociales. Estos procesos, con sus nuevas concepciones de

Estado y Constitución, fueron debatidos y analizados en el Foro Social

América -Asunción- que ya está en pleno desarrollo.


Compartir las experiencias de los pueblos, que han vivido

transformaciones en las estructuras tradicionales de Estado para el

cambio social, fue el tema que abarcó el foro “Hacia otros Estados,

refundaciones constitucionales, plurinacionalidad y socialismo”.


El ejercicio realizado por los panelistas, fue mirar sus Estados y

constituciones para conocer los procesos de cambios que han llevado a

cabo a favor de acabar con las desigualdades en sus países, reconociendo

que, a pesar de que América Latina tiene muchos gobiernos progresistas,

aun los desafíos para acabar con las desigualdades son grandes, más aun

cuando la meta es llegar a gobiernos socialistas.


“El neoliberalismo que vivimos en los años 80’ y 90’, ha profundizado un

modelo de Estado con un grado alto de privatización, que nos llevó a la

perdida de soberanía de recursos pero también a la instalación de una

visión de Estado neoliberal que beneficia a las empresas”, explica Nalú

Farias, de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) en Brasil.


Tal como lo explica Nalú, el contexto actual del continente Americano,

muestra una diversidad de situaciones, en donde existe un polo que busca

avanzar en el proceso y sectores que gobiernan desde la derecha. A pesar

de eso, la representante de la MMM reconoce que en América Latina han

habido algunos avances como “la disminución de la pobreza y la

incorporaciones de conceptos como la economía solidaria, que en algunos

países es política de gobierno, lo que ha servido para problematizar la

economía dominante y visibilizar las prácticas económicas de los

sectores”.


Dentro de esos procesos de problematización, han surgido nuevas visiones

y conceptualizaciones basadas en un pensamiento propios como es el “Buen

Vivir”, concepto que nace de la herencia ancestral andina y que a

criterio de Nalú “es un abordaje que está en sintonía con otras

realidades, como los principios de economía feminista que también pone

en el centro del modelo, el bienestar de todas y todos. Busca una nueva

visión de sustentabilidad humana e incorpora contribuciones desde la

ecología”. Así, el “buen vivir” se instala como un concepto que

reconoce la diversidad de los pueblos y la integración de éstos.


Economía desde las mujeres


“Las mujeres estamos trayendo desde la lucha del movimiento feminista

ideas y propuestas, para que sean incorporadas en la nueva conformación

del Estado que busca desmantelar las desigualdades”, señala Nalú.


Estas propuestas, se basan en que los Estados tienen que tener una visión

que reconozca el trabajo como base de la economía, como creación y

recreación humana, en condiciones de igualdad.


Además de eso, proponen la necesidad de reubicar a la economía como parte

de la vida, de la humanidad y de la naturaleza; pensar en un Estado que

rompa con la jerarquización de las esferas públicas y privadas y el

reconocimiento de las mujeres como sujetos, de modo que se les garantice

la soberanía sobre sus vidas y sus cuerpos.


Venezuela y el socialismo del siglo XXI


Remirar los procesos progresista que florecen en el continente implican

necesariamente conocer la situación de Venezuela y sus propuestas para

el cambio social. Las transformaciones que ha vivido el proceso

bolivariano, están de la mano de una nueva constitución, con un modelo

de corte socialista -con un fin ético social- y una nueva visión del

manejo del Estado.


“Estos cambios se han hecho entre pueblo y el gobierno, no son cambios

que se impone o que un grupo lo planifica. Todo lo que se construye esta

dentro de la participación ciudadana que está establecido en la

Constitución”, explica Andrés Giuseppe, parlamentario de Venezuela.


El proceso bolivariano, no ha estado exento de dificultades, retrasos,

golpes de Estado y ataques desde los medios de comunicación

corporativos. Sin embargo, tal como lo explica el parlamentario “es un

proceso que se caracteriza por ser autopoiético, porque toma elementos

de la comunidad, del gobierno, del contexto nacional e internacional y

se va auto-organizando”.


Una de las características de este proceso, es que ha logrado instalar

alternativas a la hegemonía planteada por Estados Unidos, y una de esas

propuestas es el ALBA, que ha nacido desde las discusiones del pueblo

venezolano, lo que refleja el tenor del modelo participativo instalado

en el país.


“La nuestra es una nueva visión de construcción de leyes, donde el pueblo

obligatoriamente es consultado, cualquier ley tiene que ir dos veces a

discusión popular en distintas regiones y allí hay metodologías que

permiten sistematizar las propuestas, que después las discute la

Asamblea Nacional. Eso nos ha permitido sistematizar en las leyes, las

necesidades y experiencias de las comunidades en Venezuela. Aquí el

sujeto sociales es fundamental”, indica Giuseppe.


A pesar de que Venezuela tuvo un proceso constituyente que aprobó la

Constitución, el representante del parlamento reconoce que “el proceso

no ha terminado, ya que es el pueblo el que le va diciendo al Estado

como dirigir su acción al pueblo. El pueblo con el Estado administran

los recursos. Hay leyes que se han elaborado que le restituye el poder

al pueblo, ya que aquí el pueblo está legislando”.


Cuba y su resistencia


Reflexionar sobre estas nuevas formas de dirigir el Estado en miras al

socialismo implica también mirar los procesos ocurridos en Cuba y su

revolución.

Si bien los revolucionarios cubanos accedieron al poder por la vía armada

- a diferencia del resto de los procesos progresistas que hoy vive

América Latina- el proceso de enfrentamiento contra la hegemonía de

Estados Unidos sigue como un proceso constante, explica el académico

cubano Felipe Pérez Cruz.


“La democracia cubana, se basa en un grupo de leyes complementarias que

permite el sistema socialista en Cuba y un Estado socialista que es uno

de los estados más revolucionarios y democráticos del mundo”, señala

Pérez Cruz, quien además indica que “en Cuba el constitucionalismo sigue

en debate de nuestra constitución”.


Sin embargo, los retos para desarrollar procesos con miras al socialismo

son grandes y las explica Pérez Cruz, como acabar con la enajenación de

las relaciones capitalistas, de las relaciones materialistas y

espirituales. “Socialismo es luchar contra la explotación de la

humanidad, y en América Latina, es ser antiimperialista y tener nuestro

amor, fraternidad y cooperación con el pueblo norteamericano que es

rehén de su capitalismo. El socialismo, es una voluntad del hombre y

mujer sobre las circunstancias para hacer lo justo y necesario, para

resolver las necesidad concretas e históricas de nuestros países”,

concluye el académico cubano.

Más noticias del IV Foro Social Américas:


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