26 abril de 2011
"Digo, señores, que la dictadura en ciertas circunstancias, en circunstancias dadas, en ciertas circunstancias como las presentes, es un gobierno legítimo, es un gobierno bueno, es un gobierno provechoso, como cualquier otro gobierno; es un gobierno racional, que puede defenderse en la teoría, como puede defenderse en la práctica; tan sabios son los ingleses, que la Constitución inglesa cabalmente es la única en el mundo en que la dictadura no es de derecho excepcional, sino de derecho común"…….palabras del contrarrevolucionario derechista Juan Donoso Cortés en su discurso ante el Parlamento español el 4 de enero de 1849.
Las dantescas escenas de las narcofosas mostradas por diversos medios, mismas que fueron encontradas en el municipio de San Fernando, Tamps., en donde hasta la fecha se han encontrado más de 177 cadáveres de inmigrantes centroamericanos que buscaban viajar a los Estados Unidos, huyendo de la pobreza y el hambre que eran víctimas. Las múltiples imágenes de cadáveres ultimados a tiros, destazados, despedazados, decapitados, desollados, etc., producto de la violencia atroz que ha reinado en el país a raíz de la instalación de la “Pax Calderoniana”, motivan a pensar a más de uno sobre los verdaderos objetivos tácitos de la puesta en marcha de tan tremenda exhibición de sangre, violencia y terror, y también nos lleva a replantear el qué y el cómo del actual tragedia en que nos encontramos, para buscar una inmediata salida.
Fiel a su intransigente, iracundo e irracional estilo personal de gobernar, Calderón ha manifestado en diversas ocasiones que la violencia continuará, y ha defendido el uso de la misma para dizque contrarrestar al crimen organizado. Esto por supuesto, nos lleva a pensar que Calderón tiene una afición por la violencia y la sangre, pero más allá de esto, creemos que existe algo más que motiva a personajes como Calderón, García Luna, et. al., a empecinarse con una vehemente afición sociópata a continuar con su macabra danza de miedo y cadáveres en el país que, por desgracia gobiernan.
Existe claramente un motivo estratégico que subyace la imposición de un régimen de terror en el país: Derivado de su poca aceptación y nula legitimidad, la única forma de que Calderón impusiese su autoridad era, justamente, violentando el orden y desgarrando el tejido social.
La apuesta por buscar al enemigo común en el crimen organizado, se hizo con base en un supuesto ad hoc, y en donde participaron agencias extranjeras[1], como coadyuvantes de dicha estrategia.
Como contraparte, Calderón utilizó a las fuerzas armadas, incluso abogó por circunscribir su participación en la lucha contra el crimen en un marco legal, tal y como lo demuestra la Iniciativa de reforma a la Ley de Seguridad Nacional, misma que envió en abril de 2009 al Senado dominado por la derecha Beltronista, y cuyo dictamen se discute en estos momentos en la Cámara de Diputados. Dentro de las consideraciones del dictamen aprobado por los senadores, se llegaron a plantear absurdos como el siguiente: “Es innegable que la sociedad hoy reclama mejorar la participación de la Fuerza Armada permanente en estos casos en que la capacidad de las instituciones del Sistema Nacional de Seguridad Publica ha sido rebasada y que temporalmente deben participar en el auxilio de las mismas”[2]. Esto en clara violación a lo dispuesto en el artículo 129 de la Constitución en donde de manera explícita indica que en tiempos de paz “ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”.
Así pues, Calderón comenzó su guerra, la cual, a todas luces, no es otra cosa sino un procaz simulacro (exceptuando los muertos claro está) ya que dicha guerra, está provocando un tremendo desgaste institucional y social, por los perniciosos efectos y daños que ocasiona; y porque es, en principio, una guerra mal planteada, una guerra perdida, ya que el poder del narco se localiza en su estructura financiera la cual hasta el momento ha permanecido intacta, y no parece se vaya a ver afectada.
Los que se benefician de esta escenario bélico (es decir, Calderón y sus patrocinadores en el extranjero), han logrado la imposición de un estado de terror que ha posibilitado una situación necesaria para someter a la población a los intensos programas de sacrificios económicos, dictados en el extranjero, y ejecutados por el brazo financiero del FMI en México: (Mr. Catarrito) Agustín Carstens, (Mr. 6000 pesos) Ernesto Cordero, y demás criminales de cuello blanco.
Por si fuera poco, la incesante entrega de nuestros recursos a las empresas trasnacionales, no sería posible, de no mantener a la población en la mansedumbre derivada del miedo actual, puesto que en otras condiciones, tal entreguismo desataría a una insurrección popular inmediata y fuerte. Es por ello que Calderón le apostó al terror y necesita de él, ya que ello constituye un elemento esencial de todo régimen fascista, como el que encabeza.
Existe la posibilidad de cambiar esta situación; misma que comenzó a partir de la nefasta imposición del remedo de dictador que tenemos por presidente desde el 2006. Todo esto puede y debe cambiar, por el bien de todos, incluso de aquellos que constituyeron el principal sostén nacional del presidente espurio.
la alternativa es un cambio, ya anhelado, del modelo actual, tanto económico, como político y social imperantes. Esto sólo puede ser posible con un gobierno encabezado por un liderazgo nacionalista y con una autoridad moral que sólo se puede observar en la figura de López Obrador. En palabras del Mtro. Bernardo Bátiz “Es evidente que se requiere un cambio de fondo; un gobierno con amplio apoyo popular, que sin bravuconadas ni altanería sepa defender la dignidad de la Nación mexicana, tomar las medidas de fondo para combatir la inseguridad, ir a las causas y no sólo a los efectos y gobernar buscando nuestros intereses, como país soberano, y no ser solamente títere de un gobierno extranjero”.
Se requiere replantear las relaciones gobierno-ciudadanos, para lograr una armonización de intereses supeditada al más grande fin común: el bienestar general, y no a los intereses particulares, mezquinos y depredadores a los cuales el actual gobierno ha servido abyectamente.
Para ello existe un “Proyecto Alternativo de Nación”, cuyas propuestas, han sido manifestadas clara y concisamente por Andrés Manuel López Obrador en su libro “Un Proyecto Alternativo de Nación”, así como en el discurso que pronunció el 20 de marzo en el Auditorio Nacional (ante miles de seguidores que mostraron, nuevamente, el músculo y la capacidad de movilización de la maquinaria lopezobradorista) en donde enumeró 50 acciones de gobierno, las cuales en caso de aplicarse comenzarán a tener efectos inmediatos y duraderos para el mejoramiento del nivel de vida de la población, y además, producirán un viraje necesario del actual rumbo desastroso que lleva el país, y a donde nos lleva el actual e ignominioso gobierno.
* El autor es alumno de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM).
[1] El caso de los Zetas, quienes fueron creados en los Estados Unidos, adiestrados y formados por militares norteamericanos de “la Escuela de las Américas” de Fort Benning Georgia. Otro ejemplo es el vergonzoso e ignominioso episodio de “Rápido y Furioso”, que desnudó la forma en que el elemento militar-industrial de los Estados Unidos, colaboró en el suministro deliberado de armas hacia nuestro país.
[2] Véase el segundo párrafo de la segunda consideración del Dictamen de Comisiones Unidas que el Senado aprobó, de la Iniciativa que reforma la Ley de Seguridad Nacional la cual fue enviada por Calderón el pasado 23 de abril de 2009:
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