martes, diciembre 12, 2006

ASTILLERO

Julio Hernández López

Superar el miedo
Oaxaca: vuelta a las calles

Denuncia pública de agravios

Primer revés a la "mano dura"


A pesar de la noche cerrada en que las fuerzas federales y estatales le han sumido, la parte de la sociedad oaxaqueña que ha estado en lucha volvió a salir a las calles a ejercer los derechos civiles que le han tratado de arrebatar. Esa recuperación de derechos fue el primer resultado de la manifestación dominical que explicablemente tuvo menos asistentes que las versiones anteriores ­el saldo de miedo posterior a los enfrentamientos del pasado 25 de noviembre­, pero que, sin embargo, volvió a la brega política. A diferencia de las marchas precedentes, la de ayer no tiene su punto de valoración en la cantidad de asistentes ­siendo, de cualquier manera, masiva­, sino en la actitud reiterada, terca, indoblegable, de protestar, denunciar, actuar.

Esa reiteración de la vía política ­cuando los estrategas de las cañerías insisten en relacionar la resistencia oaxaqueña con opciones armadas, genuinas o hechizas­ tuvo además un acento humanitario que ayudó incluso a mitigar los apetitos clientelares de la izquierda electoral, que por primera vez acompañó al movimiento de la APPO. En la primera línea de la caminata fueron colocados los familiares de presos, desaparecidos y muertos políticos de la entidad, y las consignas ya tradicionales contra Ulises Ruiz tuvieron cerrada competencia con las que exigían liberación de detenidos y castigo a quienes retorcieron las leyes para instalar un no declarado estado de excepción en Oaxaca (con extensiones carcelarias a Nayarit y a Tamaulipas).

El número de manifestantes, su talante cuidadosamente pacífico y controlado ­nadie con la cara cubierta, ninguna provocación­ y el enfoque preferencial a la denuncia de la represión, mostraron a los propios marchistas, y al país entero ­en especial al gabinete bonsái y sus ramificaciones en Los Pinos­ que el movimiento social oaxaqueño sigue adelante y que no hay ni puede haber solución sin tratamiento político y social (y no con la fórmula policiaca y militar).

Domingo soleado en el que Leonel Cota llegó decidido a instalar al PRD como nuevo ingrediente escenográfico. Dirigentes del partido que nunca antes había asumido compromiso con la lucha de la APPO ahora caminaron en primera fila del segmento reservado para las "personalidades políticas" (atrás de los familiares de ciudadanos alcanzados por la represión). Y, ya en la Plaza de la Danza, donde desembocó la marcha, Cota se convirtió en orador enjundioso que prometió adhesiones, defensas, castigo a infidentes y traidores, solidaridad sin condiciones. Tanta ayuda y compromiso explícitos harán, desde luego, que la dupla PRI-PAN, de por sí macizamente aliada en la defensa de la plaza oaxaqueña, se aferre ahora más a la idea de que Ulises Ruiz continúe en el cargo, pues su eventual caída sería ahora un triunfo capitalizable por los siempre oportunos perredistas (Cota marchó al frente, cuando pudo hacerlo mezclado en el cuerpo de la marcha, y pronunció un discurso pensado esencialmente en proselitismos, que cerró ­pero por supuesto­ con la mención del "mensaje" especial que Andrés Manuel López Obrador les enviaba a los oaxaqueños). Por fortuna, luego de Cota habló doña Rosario Ibarra de Piedra.

El resurgimiento del ánimo oaxaqueño combatiente ­madurado a golpe de represión, cuidadoso ahora de no desbordarse ni permitir aceleres "espontáneos"­ es la primera derrota explícita del modelo calderonista de la mano dura. En una primera Decena Trágica, el presidente formal de México ha cometido demasiados errores ­el relacionado con los presupuestos de la UNAM y lo cultural, por ejemplo, así como los nombramientos increíblemente equívocos, continuistas y, en algunos casos, aberrantes (como esos que significan el mantenimiento de la línea de política exterior de Luis Ernesto Derbez)­, pero hasta ahora no se ha generado ninguna oposición activa y organizada contra dislates y agravios. Si acaso se va nutriendo una silenciosa convicción colectiva de que los riesgos de la presidencia felipista son aún peores de lo que en una primera visión conformista se suponía. Pero la mayoría de esa gente preocupada por el neofranquismo Chapelén no logra ir más allá de la queja (en buena parte porque el referente político de esa inconformidad, que es López Obrador, sigue empecinado en giras de consolación que insisten en un discurso electoral desgastado y movilizan a la gente para ceremonias de condolencias políticas que no tienen mayor trascendencia estratégica).

Pero en Oaxaca, con dirigentes sujetos a órdenes de aprehensión, centenares de presos trasladados perversamente a cárceles situadas en otras entidades y a muchas horas de distancia, centenares de torturados, desaparecidos y amenazados, y la confabulación criminal de los intereses calderonistas y ulisistas, la gente que lucha en Oaxaca por un cambio de fondo ha decidido volver a salir a las calles, retomar las pancartas y las consignas y demostrar que la lucha política (obviamente pacífica) es el fatigoso pero necesario camino que hay que recorrer. Nunca antes ha habido un movimiento social (ni regional ni nacional) que resista tanto al peso represor del Estado. Lo que suceda en Oaxaca y con la APPO habrá de marcar la ruta y las expectativas de la resistencia popular a los excesos del poder.

Astillas:

Silvia García invita, desde Guadalajara, a encontrar la manera de ver el video Hacking democracy, un documental que transmite HBO sobre "ciudadanos estadunidenses que hacen una investigación de las elecciones de 2000 y se dan cuenta de que hubo fraude cibernético". Al final del documental, añade, "se hace un simulacro de votación donde todos vemos cómo vota cada quien, se procesa en la computadora y ¡voilá! los votos cambian".

Ayer fue la primera exhibición, pero el mismo material ­de 81 minutos­ está programado para difundirse los días 17, 19 y 26 del presente mes. Silvia propone que ese material sea grabado y difundido en dvd para que llegue a quienes no tengan televisión por cable... Y, mientras sigue la celebración de las Chivas ­campeonas a pesar de Jorge Vergara­, ¡hasta mañana, en esta columna que ve acercarse a Norberto Rivera al momento de las definiciones judiciales en el plano nacional pero, sobre todo, en el internacional, relacionadas con los casos de pederastia que desde su manto púrpura ­Sanjuana Martínez lo ha documentado­ protegió!