viernes, diciembre 29, 2006

Educación

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

10-12-2006

¿Hay que subsidiar a los ricos?

En su muy sugestivo como sugerente libro de reciente fecha, Cuentos

chinos, Andrés Oppenheimer, en el capítulo 10, América Latina en el

siglo del conocimiento, anota las siguientes muy punzantes

consideraciones. Leamos:

¿Las peores universidades del mundo?

"Un ranking de las mejores doscientas universidades del mundo

realizado por el suplemento educativo del periódico británico The

Times les dio una pésima nota a las universidades latinoamericanas:

según el estudio, hay una sola universidad de la región que merece

estar en esa lista. Y está casi al final: en el puesto 195. ¿Son tan

malas las universidades latinoamericanas?, me pregunté cuando leí el

estudio. ¿Nos están contando cuentos de hadas quienes dicen que

nuestros académicos y científicos triunfan en los Estados Unidos y

Europa? ¿O es que el ranking de The Times de Londres está sesgado a

favor de las universidades de los países ricos?.......

¿Hay que subsidiar a los ricos?

Claro, se estarán diciendo muchos, Noruega y Suecia pueden destinar el

7 por ciento de su producto bruto a la educación porque no tienen

gente que se muere de hambre. Sin embargo, muchos otros países que han

elevado enormemente su calidad de vida en las últimas décadas no lo

hicieron desviando fondos estatales de la lucha contra la pobreza,

sino haciendo que los estudiantes de clase media y alta paguen por sus

estudios, ya sea durante o después de los mismos. América latina

(sic), en efecto, es una de las últimas regiones del mundo donde

todavía hay países en los que se subsidia el estudio de quienes pueden

pagar. Se trata de un sistema absurdo por el cual toda la sociedad

–incluidos los pobres- subsidia a un número nada despreciable de

estudiantes pudientes. Según el Banco Mundial, más del 30 por ciento

de los estudiantes en las universidades estatales de México, Brasil,

Colombia, Venezuela y la Argentina pertenecen al 20 por ciento más

rico de la sociedad. "La educación universitaria en América latina

sigue siendo altamente elitista, y la mayor parte de los estudiantes

proviene de los segmentos más adinerados de la sociedad", dice el

informe. En Brasil, un 70 por ciento de los estudiantes pertenecen al

20 por ciento más rico de la sociedad, mientras que sólo el 3 por

ciento del cuerpo estudiantil está compuesto por jóvenes que vienen de

los sectores más pobres. En México, el 60 por ciento de la población

estudiantil universitaria proviene del 20 por ciento más rico de la

sociedad, y en la Argentina, el 32. Otro estudio, de la Unesco,

calcula que el 80 por ciento de los estudiantes universitarios

brasileños, el 70 de los mexicanos y el 60 de los argentinos vienen de

los sectores más ricos de la sociedad. ¿Cómo se explica eso? Los

autores del estudio dicen que la razón es muy sencilla: los

estudiantes de origen humilde que fueron a escuelas públicas llegan

tan mal preparados a la universidad que la mayoría abandona sus

estudios al poco tiempo de empezar. Eso lleva a una situación

paradójica, en la que los ricos están sobrerrepresentados en las

universidades gratuitas, por lo que el sistema "constituye una receta

para aumentar la desigualdad", concluye el informe del Banco Mundial.

En nombre de la igualdad social, se está excluyendo a los pobres, al

no darles posibilidad de recibir becas.

En años recientes, casi todos los países europeos dejaron atrás la

educación gratuita, para cobrarles a quines pueden pagar. Las

universidades estatales de Gran Bretaña comenzaron a cobrar a sus

estudiantes en 1997. En España, los estudiantes de todas las

universidades públicas pagan unos 550 dólares por año, menos quienes

vienen de hogares pobres, o familias con más de tres hijos. María

Jesús San Segundo, la ministra de Educación del gobierno de José Luis

Rodríguez Zapatero, me señaló en una entrevista que el número de

universitarios que no pagan aranceles en su país es "cerca de un 40

por ciento". Y los pagos del restante 60 por ciento de los estudiantes

de las clases medias y altas contribuyen a cubrir un nada despreciable

15 por ciento del presupuesto universitario. La tendencia europea es

hacia el pago de los estudios. Según me dijo la ministra, casi todos

los países europeos financian alrededor del 20 por ciento de su

presupuesto universitario con aranceles que cobran a los estudiantes.

En Alemania, luego de una larga batalla legal, la Corte Suprema

autorizó a todas las universidades a cobrarles a sus alumnos, algo que

ya venían haciendo algunas de ellas en varios estados.

En algunos países latinoamericanos ya se comenzó a corregir el

subsidio a los ricos: Chile, Colombia, Ecuador, Jamaica y Costa Rica

tienen sistemas por los cuales los estudiantes que pueden pagar deben

hacerlo. Pero cuando la UNAM intentó introducir un sistema parecido en

México en 1999, durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo,

tuvo lugar una huelga estudiantil que paralizó la universidad y obligó

a las autoridades a dar marcha atrás. Cuando asumió Fox, ni el

gobierno ni las autoridades universitarias se animaron a reflotar el

tema". (pp. 314-315,

La pregunta de por sí retadora es, aunque recurrente, ¿hay que

subsidiar a los ricos?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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