viernes, diciembre 29, 2006

Qué es revolución? Un millón de picaduras de abejas

Espero no exagerar cuando digo que éste es un excelente texto. Tómate un tiempo para leerlo y analizarlo:

Qué es revolución? Un millón de picaduras de abejas, un millón de

dignidades

John Holloway

Herramienta

En estas notas, el autor del libro Cambiar el mundo sin tomar el

poder plantea, sucinta pero profundamente, un desafío a pensar el

concepto actual de revolución como urgente necesidad en el aquí y el

ahora.

A partir del impulso hacia la autodeterminación del hacer colectivo

que diferentes movimientos y procesos sociales están desarrollando

en su lucha contra y más allá del capital, Holloway despliega la

idea de la revolución en términos de intersticios, de innumerables

grietas, de infinitas picaduras en la dominación capitalista.

1. Hoy, la revolución es más urgente que nunca: esto es evidente.

2. La única manera posible de concebir la revolución es en términos

de grietas en el tejido de la dominación capitalista: como el

reconocimiento, la creación, expansión, multiplicación y confluencia

de los espacios o momentos de negación-y-creación; espacios o

momentos en los cuales las personas dicen: "¡No! ¡Ya basta! ¡Aquí

no! Aquí no vamos a subordinar nuestras vidas al dominio del

capital; aquí vamos a hacer sólo aquello que nosotros mismos

consideramos necesario o deseable hacer!".

3. La revolución es forzosamente intersticial. Es muy improbable que

la abolición del capitalismo tenga lugar en todo el mundo al mismo

tiempo.

4. En el pasado, dicho carácter intersticial de la revolución fue

encubierto por la falsa idea de que cada Estado constituía su propia

sociedad, sin comprender que cada Estado se corresponde apenas con

un fragmento de la sociedad capitalista global. La conquista de un

Estado fue entendida como una revolución en sí misma, en lugar de

ser vista como un intento de transformar las relaciones sociales en

tan sólo una parte de la sociedad capitalista global.

5. Si aceptamos que la revolución es inevitablemente intersticial,

surge entonces la pregunta: ¿cuáles son los espacios o intersticios

relevantes? Muchos revolucionarios se centran en el Estado como el

espacio significativo, pero esto tiene la desventaja de que el

Estado es una forma de organización desarrollada para apoyar el

capital y para excluir a las personas de la determinación de sus

propias vidas. La historia del último siglo, y también la reflexión

teórica, demuestran que no es posible crear una sociedad

autodeterminada (o comunista) utilizando una forma de organización

diseñada para la represión de la autodeterminación. No es posible la

transformación radical de la sociedad a través del Estado.

6. Al pensar en grietas en la dominación capitalista, estamos

pensando en dimensiones no estatales. Las grietas se presentan en

muchas formas diferentes en todo el mundo. Pueden ser

territoriales: "aquí en este espacio (la selva Lacandona en Chiapas,

una fábrica ocupada o un café alternativo) no vamos a aceptar la

lógica del capital, aquí vamos a crear otro tipo de relaciones

sociales". O bien, pueden ser grietas en el tiempo: "aquí en este

evento, mientras estemos juntos, vamos a hacer las cosas de otra

manera, vamos a abrir ventanas hacia otro mundo". O también pueden

ser relacionadas con actividades o recursos particulares: "en la

cuestión del agua, o del software, o de la educación vamos a luchar

para excluir el dominio del dinero y del capital, estas actividades

tienen que seguir otra lógica".

7. La muerte del capitalismo no sobrevendrá como consecuencia de una

puñalada al corazón, sino a partir de un millón de picaduras de

abejas. Somos nosotros esas picaduras.

8. Un millón de picaduras de abejas significa un millón de

dignidades. Nuestros espacios o momentos de negación son, al mismo

tiempo, espacios o momentos de creación, de hacer aquello que

consideramos necesario o deseable. Emancipamos nuestro poder-hacer

del poder-sobre que lo mantiene en cautiverio. En el proceso de

destruir la sociabilidad capitalista (porque ella está

destruyéndonos), creamos otra sociabilidad basada en la

autodeterminación colectiva de nuestro hacer. Desatar-y-crear

nuestro propio poder-hacer es el núcleo de la revolución comunista.

También es necesario como manera de confrontar la amenaza de pobreza

material, que es la recompensa a la dignidad en una sociedad basada

en la negación de la dignidad.

9. Nuestras dignidades son piedras arrojadas a través del cristal de

la dominación capitalista. Crean hoyos, pero, más que eso, generan

grietas que corren. El movimiento es crucial. El capital se mueve

constantemente en un intento de clausurar dichas grietas,

reabsorbiendo nuestras rebeldías. De modo que nuestra rebeldía, para

mantenerse viva, tiene que moverse más rápidamente que el capital.

Un espacio autónomo que no se expande, que no deviene grieta, corre

el riesgo de convertirse en su contrario, una institución.

10. El capitalismo está lleno de grietas, ya sean pequeñas (tal como

la rebeldía que está dentro de todos nosotros o en un reducido grupo

de personas que se reúne para generar un espacio anticapitalista) o

grandes (como por ejemplo las rebeliones en la selva Lacandona, el

movimiento social en Bolivia, los disturbios en Francia). A veces

son tan pequeñas, y aparentemente tan apolíticas, que no logramos

reconocerlas. La revolución comienza con el reconocimiento de las

grietas existentes y crece con la generación de grietas nuevas, con

su expansión, su multiplicación y su confluencia. La confluencia

entre las grietas depende más de ondas de choque, resonancias y

afinidades que de estructuras organizativas formales.

11. La revolución por medio de las grietas es revolución aquí y

ahora. La puñalada al corazón necesita ser preparada, está siempre

en el futuro. El millón de picaduras de abejas, el millón de

dignidades están presentes aquí y ahora. La cuestión no radica en

cómo construir el movimiento para el futuro, sino en cómo quebrar

las relaciones sociales capitalistas aquí y ahora. Ruptura, negación-

y-creación aquí y ahora: éste es el desafío de la revolución.

12. No somos locos o, si lo somos, no estamos solos en nuestra

locura. El arraigado concepto leninista de revolución está en

crisis. Algunos pudieron pensar que la idea misma de revolución

estaba en crisis, pero hoy está claro que solamente una idea

particular de revolución es la que está en crisis, y que la

revolución es más urgente que nunca.

13. El viejo concepto de revolución está en crisis porque su

esencia, el trabajo abstracto o trabajo alienado, está en crisis.

Este concepto conformaba la teoría revolucionaria del movimiento

obrero, la lucha del trabajo asalariado contra el capital. Su lucha

era limitada porque el trabajo asalariado es el complemento del

capital y no su negación. La crisis del movimiento obrero -y del

trabajo asalariado mismo- abre un nivel más profundo de la lucha de

clases: la lucha del hacer en contra del trabajo abstracto -y por lo

tanto, en contra del capital-. Esta nueva y más profunda lucha de

clases busca formas originales de avanzar, tanto práctica como

teóricamente. Nosotros somos la crisis del trabajo abstracto, la

crisis del trabajo asalariado. Somos la revuelta del hacer en contra

de la determinación ajena, el empuje del hacer hacia la

autodeterminación. Nuestro hacer es el desbordamiento de la

creatividad respecto al trabajo abstracto. Somos la respuesta y la

pregunta de la nueva lucha de clases, en su orden correcto: primero

la respuesta y después la pregunta.

14. Los problemas que conlleva este enfoque parecen obvios: este

punto, sin duda, puede confiarse al lector. Sin embargo, no se

vislumbra otra manera de avanzar. Abandonar la revolución no es una

opción.

15. Preguntando caminamos.

Nota:

Trabajo inédito en español, enviado a Herramienta por su autor.

Originalmente fue publicado en Estambul, Turquía, bajo el

título "Devrim nedir? Bir milyon ari sokmasi, bir milyon erdem", en

la revista Birikim, núm. 205-206, págs. 61-62.

* John Holloway es investigador y profesor del Instituto de Ciencias

Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de

Puebla, México. Ediciones Herramienta, ha publicado sus libros:

Cambiar el mundo sin tomar el poder, 2002; Keynesianismo: una

peligrosa ilusión, 2003; su compilación Clase = lucha, antagonismo

social y marxismo crítico, 2004; y Contra y más allá del capital,

2006.