martes, diciembre 26, 2006

México encara doble gobierno

La Flecha
Erendira Huizar Dominguez

¿Qué le hace pensar a muchos mexicanos que las cosas en el sistema de gobierno van a cambiar, sin un cambio total?

Me parece que los mexicanos, se aferran a una esperanza que en el fondo saben que es inútil, por comodidad y temor al propio cambio, por no saber qué realmente esperar de un gobierno de izquierda.

Lo que si, que es casi imposible, que un cambio se produzca a través de unas elecciones.
La gente del pueblo, los mexicanos, tienen que optar por imponer su voluntad, descartando por completo la participación en los comicios.

Tomando en cuenta, que los sufragios están inducidos y controlados por el sistema, exactamente como lo sostienen los guerrilleros de México; la población no puede seguir operando con esas instituciones, debe de replantearse su papel en los comicios.
Lo principal, es unificar los esfuerzos ciudadanos a través de un movimiento político-no partidista, para acceder al poder del estado. Un golpe de estado, pero sin violencia.

¿Cómo?

La constitución mexicana, la ley de todas las leyes (aunque haya muchos que la quieren desaparecer o transformar a la medida de sus intereses bastardos) otorga el derecho a los pueblos de México a elegir su gobierno, “en cualquier momento”.

O sea, que los pobladores de un municipio, estado o de la república, tienen el derecho, a tomar esta facultad y hacerla efectiva, así mismo, como a interpretar el espíritu de la ley constitucional.

Y el espíritu de este artículo, es decir la intención; es dar herramientas al pueblo, para poder limpiar sus procesos electorales, toda vez, que está previsto en la constitución; que podrían ser viciadas por el grupo en poder de las instituciones, lo que tornaría en antidemocráticas las elecciones, como ha estado ocurriendo, no sólo en México, sino en todo el mundo.

Es asombroso, cómo hay millones en México que aseguran que el gobierno de Felipe Calderón, será mejor que los anteriores. Si lo que cuenta, principalmente no es el “mono” que representa la república, sino el que lo maneja y sabemos que lo manejan empresarios neoliberales.

¿Qué tanto puede cambiar para bien? Existen algunas probabilidades, sobre todo al principio del sexenio, que las perspectivas para México sean ligeramente mejores, pero nada indica que se de ningún cambio para los mexicanos.

Acuérdense que “México” es el Producto Interno Bruto y las familias en el poder.
Si les va bien, los índices del PIB se elevarán, puede que magistralmente; lo cual no significará que mejorará la vida de los mexicanos, no está supeditado el desarrollo del “país” al desarrollo de los mexicanos. Esto es un hecho.

Como no ha pasado en China, en Taiwán, Singapur, ni en Estados Unidos. En ningún país del orbe, donde existen las tendencias a favorecer a los inversionistas, a los empresarios, transportistas, favorece de igual manera a la población de esclavos.

¿Qué falla, a la hora de votar?

En primer lugar, existe manipulación en la selección de candidatos, luego en las campañas, luego en los padrones y finalmente, en las votaciones, donde es un hecho harto conocido, que se presiona, se amenaza o se engaña a los votantes para sacar adelante al mismo sistema.

En México, el gobierno y los partidos están secuestrados y no puede haber, institucionalmente ningún respeto a la democracia.

Las tendencias del gobierno a favorecer las inversiones, garantiza el nivel de vida de los inversionistas. ¿O qué? ¿De qué otra manera podría ser? No se puede dar lo uno, sin lo otro.

Sin embargo, se ignora y se continuará ignorando el bienestar del grueso de población, de los trabajadores que son los generadores de la riqueza, del capitalismo, del avance, la expansión de los inversionistas. No pueden existir los unos sin los otros.
¿La alternativa? Un gobierno no institucional.

Al menos en México, están dadas las condiciones para buscar ese cambio.

Andrés Manuel López Obrador, demostró cuando los ánimos de los mexicanos estaban más enardecidos en contra del gobierno institucional mañoso y de las elecciones e instituciones del fraude, que puede meter paz y orden.

AMLO es un ejemplo de que cuando el gobierno, los empresarios y las instituciones derrotan a un ciudadano, continúan habiendo opciones y voluntad.

¿AMLO sería la opción? ¿Sería mejor o peor que Calderón?

Nadie puede adelantar el futuro. Hasta ahora nadie puede sino leer las expectativas que se pueden tener siguiendo la pauta de un gobierno parido del sistema corrupto, y las que se pueden esperar de un gobierno surgido por elección y voluntad popular, aunque sea de manera no institucional.

expresionacional@hotmail.com