martes, diciembre 26, 2006

Zedillo avaló el fraude bancario y manipuló la venta de Banamex

El ex presidente, responsable de la enorme deuda pública del Fobaproa: Reyes Orona

Aún es tiempo de revisar a fondo la operación irregular con la que Citibank adquirió esa institución, dice

En el PAN hablan de transparencia, pero tienen de patrocinadores políticos a empresarios involucrados

ROBERTO GARDUÑO , ENRIQUE MENDEZ

El proceso de compra venta de Banamex fue manipulado por Ernesto Zedillo, quien al lado del actual presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Angel Gurría Ordóñez, es responsable principal de la enorme deuda pública del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), cuyo valor será pagado por todos los mexicanos, apunta Gabriel Reyes Orona.

El ex procurador fiscal de la Federación, perseguido por las autoridades hacendarias a raíz de haber denunciado las maniobras gubernamentales que trasladaron definitivamente los fraudes de los banqueros al costo de deuda pública, se mantiene en el autoexilio, y desde esa incómoda posición se defiende de las imputaciones que le señalan como el funcionario que avaló precisamente el oneroso rescate bancario, cuyo costo supera ahora un billón de pesos.

"Durante poco más de 15 años trabajé con lealtad y dedicación al servicio del pueblo de México, por lo que para mí una traición es impensable; comencé a tocar intereses. En 1994, estaba yo a cargo de los asuntos jurídicos internacionales del Banco de México y hasta 1998 mi labor consistió en ser contraparte de los banqueros; nunca busqué favorecer a nadie. Lamentablemente me encontré en el Partido Acción Nacional a muchas personas que en la calle y en el foro hablaban de transparencia y de combate a la corrupción, y por otro lado tenían de patrocinadores políticos a todos esos empresarios que acusaban en público. Eso ocasionó mi primera salida del sector público federal en 1998, decepcionado de la complicidad de altas esferas políticas con empresarios."

El descrédito

Reyes Orona, a quien se le había invitado a asesorar a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, fue desacreditado recientemente porque sus firmas aparecían en distintos contratos del Fobaproa, y ante esa circunstancia se defiende y revela las graves anomalías en torno al salvamento de los banqueros.

"Con el tiempo y creyente de que las auditorías y procesos de revisión contenidos en las leyes del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) iban a ser reales, fui invitado a ser procurador fiscal, con la clara noción e intención de poner en marcha los procesos de auditoría y revisión, y de encontrar efectivamente a los culpables.

"Cuando se me hace esa invitación y pensando realmente que había una intención de encontrar y perseguir a los que habían malversado fondos, mi sorpresa a los dos o tres meses fue que Alejandro Creel se había apoderado, junto con Adalberto Palma y Humberto Murrieta, de la junta de gobierno del IPAB. Tuve una lucha frontal con ellos y la consecuencia fue un confinamiento, una segregación de este servidor."

Con molestia, el abogado fiscalista aborda el tema de la venta de Banamex, porque "me queda claro que fue una operación concertada con un año de anterioridad, donde precio y cosa habían sido determinados".

­Si se pactó la operación, ¿dónde quedó el papel de la Bolsa Mexicana de Valores?

­Cuando mi opinión era incompatible con la del gobierno federal, yo procurador fiscal, en ese momento entendí que no podía representar a un gobierno en el que yo ya no creía, que había caído en los mismos vicios y males de los gobiernos que yo había conocido y de los que había ya salido, por lo que esa operación marcó, creo yo, mi última incursión en el servicio público.

En ese momento hace una pausa para recordar que si no se hubiera empeñado en resguardar los archivos del Fobaproba, éstos probablemente habrían desaparecido. "Toda esa documentación y acervo yo me encargué de proteger incluso con el riesgo personal, porque esos acervos se convirtieron en los archivos que nadie quería recordar. Cuando me empecé a dar cuenta que los acervos documentales del Fobaproa se convertían en un alto riesgo para algunos apellidos notables de este país, para los grandes políticos, tuve que, con riesgo personal, protegerlos, compilarlos, foliarlos, sellarlos, empastarlos y ponerlos a un cuidado fuera de oficinas públicas, dado que corrían un grave peligro."

­¿De dónde provino la solicitud para que estos documentos no se foliaran, no se empastaran, no se guardaran ni se resguardaran?

­La CNBV trató de concentrar el proceso de revisión a través de un dataroom donde se pretendía conservar los originales. No consideré correcto concentrarlos en un lugar donde no se podían brindar las seguridades del caso, por lo que no acepté y hubo que diseñarles un mecanismo de cuidado, de resguardo a efecto de preservarlos, y fue tu servidor el que entregó al Congreso de la Unión la auditoría que hizo en aquel entonces el contador mayor de Hacienda, Gregorio Guerrero Pozas.

­Entonces, ¿el presidente de la CNBV pretendía que la documentación se trasladara al dataroom?

­No me lo pidió directamente Eduardo Fernández, pero constantemente llegaron oficios al Banco de México solicitando la concentración de los expedientes; yo no estuve de acuerdo con esa concentración y llevé mi decisión hasta el final, dado que era la única forma de preservarlos.

­¿Desde entonces recibió ofertas de prebendas a cambio de silencio?

­Ni trabajo en bancos ni recibo bonos de bancos, ni asisto a convivios.

Convencido de que aún hay tiempo, instancias y mecanismos para revisar a fondo la operación irregular de compra venta de Banamex, Reyes Orona establece que de Citibank no puede hablar ni bien ni mal; no obstante, "los accionistas de ese banco que recibieron una cantidad enorme de dinero, defendidos por las autoridades financieras y por las autoridades fiscales encargadas de cobrar, no pagaron los impuestos".

­¿Entonces, sí hubo preconcertación?

­Hubo lo que se llama un cruce protegido (consiste en pasarlo por la bolsa de valores, pero tener identificado al comprador y al vendedor de forma que no haya intromisiones de terceros). Es tiempo de revisar si hubo preconcertación, si hubo cruce protegido, si hubo una operación espontánea de la Bolsa Mexicana de Valores, y si se deben o no pagar impuestos; creo yo que por salud jurídica, política y social, ese proceso debe darse.

­¿Un proceso manipulado?

­Fue manipulado. Mira, como autoridad fiscal, como autoridad recaudadora, en su momento indiqué que había que hacer una revisión de los elementos contractuales, porque si se induce la operación con el único propósito de no pagar impuestos, creo que es materia no del Poder Ejecutivo, pero sí del Judicial, determinar si se dieron o no las causas de excepción. No creo que sea la autoridad del Ejecutivo la que puede decir si se causaron o no impuestos en un caso tan debatido como este.

­En este caso, ¿de cuánto estamos hablando?

­Pues mira, el importe, el interés, obviamente han pasado ya algunos años, con lo cual se habrá incrementado... estamos hablando de más de 3 mil millones de dólares.

­¿A quién correspondería pagarlos?

­A los accionistas. Al beneficiario. Acuérdate que Banamex ya no valía nada; Banamex valió por el rescate y la pregunta es si lo que vendieron fue el rescate. Si se vale que un accionista rescatado venda el valor del rescate, o si en efecto tiene que pagar impuestos por ello. Esa es la pregunta clave.

­¿Estamos hablando de Roberto Hernández? ­se le preguntó.

­Estamos hablando de todos los accionistas encabezados por él. Hay una lista, no tengo yo esa información como para poder dar nombres, pero creo que para la autoridad fiscal va a ser muy fácil confrontar y compulsar los movimientos de esa sociedad y ver quiénes recibieron un ingreso.

­En este caso, ¿el origen del Fobaproa y su carga al erario fue idea de Ernesto Zedillo? ­se le preguntó.

­Ernesto Zedillo es y será históricamente la única persona que puede considerarse el origen de todo, porque tomó muy malas decisiones en diciembre de 1994. Malas decisiones, como convocar a los empresarios para informarles que iban a tener modificaciones las disposiciones cambiarias, provocando que los mismos empresarios propiciaran desde el oriente la caída del peso. El propio Ernesto Zedillo, como presidente electo, presionó a una colocación excesiva de Tesobonos.

El Fobaproa no ha sido criticado como fideicomiso, no ha sido criticado en sus contratos, no ha sido criticado en sus operaciones, se le dijo. La crítica hecha al Fobaproa es haberlo transformado en deuda pública.

El ex procurador fiscal abunda sobre el particular: "el responsable de la deuda pública frente al Congreso es Ernesto Zedillo. José Angel Gurría y Zedillo decidieron tomar toda la deuda e informar, años después al Congreso. El Fobaproa no era una entidad pública, no generaba deuda pública, a menos que el gobierno federal lo transformara en ello. Y ese gobierno federal tiene nombre y apellido: se llama Ernesto Zedillo. Hay que preguntarle al Fobaproa, hay que preguntarle a Ernesto Zedillo y a José Angel Gurría.

­¿Cómo intervinieron las fuerzas políticas para convalidar esto? En este caso, Felipe Calderón era presidente del PAN. ¿Cómo participó en todo esto?

­Felipe Calderón interviene al ser mediador entre los grandes deudores del Fobaproa y el gobierno. Realmente el voto del PRI estaba ya puesto en la mesa. El voto del PAN era decisivo y el estrecho contacto que tenía Acción Nacional y su presidente con grandes deudores del Fobaproa generó en algo que hoy conocemos como el IPAB.

­¿Colaboró el PAN en el proceso para convertirlo en deuda pública?

­El PAN fue condición sine qua non para que el Fobaproa se transformara en una cosa que se llama IPAB, que sí es deuda pública. Esa deuda pública tenía un requisito, que son auditorías, investigaciones y revisiones, mismas que fueron descarriladas por tres sujetos en la junta de gobierno del IPAB, que son Humberto Murrieta, Alejandro Creel y Adalberto Palma.

­Convertir el Fobaproa fue una decisión política, ¿por qué el PAN convalida tal proceso inducido por Ernesto Zedillo?

­Lo que sí me queda claro es que la directiva y la línea muy clara, hecha saber a través Fauzi Hamdan y de Santiago Creel a los funcionarios públicos, entre ellos yo, era que tenía que darle mano a sus legisladores y la Ley del IPAB para conseguir el voto y la anuencia de ese partido.

­¿Felipe Calderón fungió como puente con los empresarios?

­Ya no llegué yo a esa reunión para realmente afirmar qué pasó ahí, pero me cuesta mucho trabajo pensar que siendo presidente del partido no esté enterado de las posiciones y las exigencias de los legisladores del mismo.